El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha advertido este sábado que ojalá la supresión del estado de alarma no suponga una nueva ola en España porque si la hubiera “políticamente a algunos les puede suponer un adiós” ya que cualquier decisión que adoptan las administraciones públicas comporta “una responsabilidad”.
García-Page y el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, han comparecido este sábado en el Palacio de Fuensalida, sede de la Presidencia de Castilla-La Mancha, para informar del decreto aprobado en el Consejo de Gobierno extraordinario celebrado con motivo del fin del estado de alarma y que entrará en vigor a las 24 horas de este sábado.
El presidente regional ha dicho que esta medianoche se pasa del estado de alarma a un estado “de extrema prudencia” y ha pedido responsabilidad a toda la ciudadanía para que los esfuerzos realizados entre todos no signifiquen a partir de ahora “una marcha atrás”.
“Ojalá a partir de la supresión del estado de alarma no haya una ola nueva en España o una ola importante”, ha dicho García-Page quien jugando con las palabras ‘ola’ y ‘hola’ ha precisado: “se escribe de manera distinta, pero si hubiera una gran ola, políticamente a algunos les puede supone un adiós porque, realmente, sabemos que toda decisión o toda gestión que hagan las administraciones públicas comportan una responsabilidad”.
En este sentido, ha señalado que él prefiere que todo lo que se puede decidir por consenso “no se imponga” y en esta reflexión ha dicho que “más allá de ruidos” en los últimos meses ha habido una comunicación fluida entre las instituciones (comunidades autónomas, Estado y ayuntamientos) que han llevado a tomar unas decisiones que, a su juicio, han sido “casi las mismas” en unos y otros lugares.
Coordinación y evaluación
También ha dicho que la situación jurídica excepcional que acaba en España, similar a la que ha habido en muchos otros países, ha sido “muy útil”, y ha agregado: “posiblemente todos hoy pensamos que el próximo mes o mes y medio requerirían de medidas, de un control y un paraguas excepcional, pero lo cierto y verdad es que el estado de alarma no puede sustituirse por la ausencia de Estado, se tiene que sustituir por un estado de prudencia, de colaboración institucional, de coordinación, de seguimiento de las medidas y de evaluación permanente”.
García-Page ha manifestado que el estado de alarma suponía que las limitaciones eran “la regla”, mientras que en adelante las limitaciones serán “la excepción”, y ha precisado que es “muy bueno” que España sea un abanico cultural, con matices, plural y diversa aunque ese concepto de pluralidad no debe aplicarse al sentido común.
“Pluralidad la que queramos pero unidad en el mensaje, o al menos no contradicción en las decisiones”, ha dicho el presidente castellanomanchego, quien ha augurado que desde hoy cada autonomía tomará sus decisiones aunque “en conjunto todos estamos por mantener una proporción de las limitaciones considerable e ir desescalando de manera progresiva”.
Ha agradecido que el ciudadano español ha demostrado en la pandemia que es “infinitamente más serio, más formal y más comprometido” que los de otras sociedades a las que “considerábamos en principio muchísimo más legalistas, más estrictas”.