La circulación de vehículos por todo el Casco Histórico de Toledo será a 20 kilómetros por hora por la nueva limitación nacional de velocidad que entra en vigor a partir de este martes, 11 de mayo de 2021, con el objetivo de reducir la siniestralidad vial.
Así lo ha explicado este lunes el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Toledo, Juan José Pérez del Pino, en una rueda de presa en la que ha participado el Jefe de la Policía Local de Toledo, José Luis Martín Mora, quienes han informado de las nuevas normas de tráfico en cuanto a limitación de velocidad en las ciudades.
De esta manera, la limitación afectará a todas las vías urbanas, pasando la mayoría a una restricción de 30 kilómetros por horas en el caso de vías con un solo carril por sentido, o a 50 kilómetros por hora en el caso de las vías con dos carriles en cada dirección, mientras que en el casco histórico de la ciudad, donde ya se aplicaba una medida de limitación especial, se pasará de 30 a 20 kilómetros por hora.
Esta medida, aprobada por el Consejo de Ministros el pasado mes de noviembre, entra en vigor este martes 11 de mayo de 2021 y es una norma “genérica”, por lo que según ha explicado Martín Mora, no todas las calles estarán señalizadas pero sí aquellas donde haya un interés especial o cuya limitación sea inferior a la normativa.
Advertencia sin sanción
En cuanto a las sanciones, Martín Mora ha mantenido que serán las mismas y dependerán del porcentaje del exceso de velocidad, si bien ha precisado que en los próximos días la Policía Local no denunciará por los nuevos límites pero sí por los anteriores, por lo que ha señalado que aquellos que no cumplan con esta normativa, serán parados y advertidos para que cumplan con la nueva normativa.
En este sentido, Pérez del Pino ha apuntado que esta norma no sólo repercutirá en la mejora de la seguridad vial y una previsible bajada de la siniestralidad, sino que también mejorará el aire de la ciudad, con “menos humo y ruido y más salud y bienestar”.
Según la Dirección General de Tráfico (DGT), el 82 por ciento de los fallecidos en ciudades en 2019 eran usuarios vulnerables, es decir, peatones, ciclistas y motoristas, por lo que además de reducir este porcentaje, con la bajada de los límites de velocidad máxima permitida se reducirá también un 80 por ciento el riesgo de fallecer por atropello.
