La organización ecologista Greenpeace ha publicado un informe en el que señala que el exceso de agua procedente del trasvase Tajo-Segura es el origen del mal estado en que se encuentra el Mar Menor, por lo que pide “trasvase cero” para solucionar el problema del acuífero.
El informe “El Mar Menor, una víctima del trasvase Tajo-Segura” ha revelado que el aporte de agua procedente del trasvase Tajo-Segura para regar el Campo de Cartagena ha provocado un flujo continuo de agua superficial y subterránea que ha ido a parar al Mar Menor, lo que ha causado su contaminación por eutrofización y su colapso ambiental con una situación “muy grave”, ha informado Greenpeace este miércoles en una nota de prensa.
En los años 80, cuando el trasvase Tajo-Segura comenzó a funcionar, la superficie agrícola próxima al Mar Menor era 73 por ciento de secano y 12,8 por ciento de regadío, pero en las últimas cuatro décadas los regadíos han crecido “sin medida” por el agua procedente del trasvase, un exceso de agua que ha provocado el arrastre de nitratos y fosfatos a la laguna.
Lo que ha pretendido Greenpeace con este informe ha sido demostrar que la causa del “ecocidio” del Mar Menor son los vertidos contaminantes por el crecimiento exponencial del regadío, cuyo origen, según ha indicado la organización, han sido los constantes trasvases del Tajo al Segura.
En este sentido han manifestado que el “famoso ‘Agua para Todos’ ha matado al Mar Menor, o al menos lo ha dejado en un coma profundo”.
Greenpeace ha indicado que se debería haber optado por un “uso racional de un recurso tan preciado en España como el agua” y, sin los trasvases, el modelo agrario de la zona se habría adaptado a los recursos hídricos existentes con una agricultura “menos intensiva e industrial”.
Por ello, la organización ha propuesto dejar de regar con el agua procedente del trasvase Tajo-Segura en la zona de regadío del Campo de Cartagena, es decir, “trasvase cero”, una opción que ha señalado como una parte “muy importante” de la solución para la recuperación del Mar Menor, además, de ser parte de la solución medioambiental para el Tajo.
Por tanto, si se suprime el aporte de agua superficial procedente del Tajo y se extrae la subterránea del acuífero Cuaternario mediante unos pozos, se evitará el flujo subterráneo al Mar Menor de 100 hectómetros cúbicos al año, cargado con “no menos de 1.000 toneladas de nitratos” y así, llegar lo más “rápidamente al ansiado vertido cero real”, ha indicado Greenpeace.