El portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Talavera, Santiago Serrano, ha denunciado las deficiencias en el transporte y carencias en enfermería en el Colegio Público de Educación Especial BIOS, “lo que está provocando graves trastornos para los alumnos y sus familias”.
Serrano ha explicado en rueda de prensa, que el colegio cuenta con una enfermera a jornada completa y otra a media jornada, ésta última compaginando asistencias fuera del centro, por lo que “no llega a la hora del comedor para dar de comer a los alumnos con sonda”.
El portavoz ha afirmado que “desde hace dos cursos los ATS no alimentan por sonda a los alumnos en caso de faltar la enfermera, por lo que no es extraño que en caso de falta, o bien se avisa al centro sanitario más cercano (Talavera Río Tajo) o a las propias familias para que alimenten a los niños”.
El portavoz ha asegurado que con la asistencia de otra enfermera a la hora de comer sus necesidades estarían cubiertas.
El concejal popular ha apuntado que se ha hecho eco de una reivindicación de las familias que ya ha sido puesta en conocimiento de la Consejería de Educación y de la delegación provincial, “que no han hecho nada al respecto”.
Deficiencias en el trasporte
Por otra parte, Santiago Serrano ha narrado un hecho ocurrido este martes 21 de septiembre con el transporte de autobús que presta servicio en este colegio.
En su alocución ha manifestado que ayer se retrasó porque la enfermera tuvo que hacer una asistencia, y la rampa del autobús quedó atascada con un alumno dentro “que estuvo a punto de caer” y que tuvo que ser bajado “a pulso” por cuatro personas.
A las 14:30 horas el autobús -ha proseguido- se encontraba estropeado con la rampa fuera en la Avenida Juan Carlos I, y se dio aviso a las familias para que “fueran con compañía a bajar a pulso a todos los alumnos en sillas de ruedas”, algo que Serrano ha calificado de “situación dantesca, y tercermundista”, que ejemplifica “el servicio de transporte que presta la consejería”.
Un autobús, ha añadido Serrano, que ya se averió la primera semana que empezó a prestar servicio, “y llega cada día en un horario diferente”, lo que hace que los alumnos con sonda no coman siempre a su hora.
Mientras, las familias reclaman “una solución inmediata y el fin a la incertidumbre”, porque para estos familiares “cada día puede ser una aventura diferente”, ha concluido.