El Gobierno de Castilla-La Mancha va a instalar nueve puntos masivos de detección de covid-19 en las cinco provincias para aliviar la saturación del sistema sanitario y que la Atención Primaria pueda atender el resto de patologías, y además, se van a limitar las visitas a las residencias a un día a la semana y se va a comenzar a poner la vacuna de refuerzo a los grandes dependientes y sus cuidadores.
Estas son algunas de las medidas que se van a adoptar en la región para frenar la expansión del coronavirus y que han avanzado en una rueda de prensa el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, así como los consejeros de Sanidad y Bienestar Social, Jesús Fernández Sanz y Bárbara García Torijano, respectivamente, tras la reunión de la Comisión de Salud Pública y Vacunación celebrada este miércoles en el Palacio de Fuensalida.
Además, García-Page, que ha manifestado su apoyo a que el confinamiento relacionado con la variante ómicron pueda reducirse de diez a cinco días e incluso a tres, ha apuntado que además de los nueve puntos de detección del virus, se mantienen los 16 puntos de vacunación masiva y se ha solicitado la presencia del Ejército para tareas de rastreo y vacunación, de hecho, ha comentado que 120 rastreadores militares ya se han incorporado a la red regional de rastreo y los equipos de vacunación militar se van a coordinar con el Sescam.
Los puntos de realización de pruebas diagnósticas de covid-19 masivas se van a situar, tres en la provincia de Ciudad Real (la capital y Alcázar de San Juan y Puertollano), dos en la de Toledo (la capital y Talavera de la Reina), otros dos en la de Guadalajara (la capital y Azuqueca de Henares), uno en Albacete y otro punto en Cuenca.
Por lo que respecta a las residencias de ancianos y personas con discapacidad, y con el objetivo de evitar la expansión del virus, las visitas se limitan a un familiar un día a la semana y con cita previa; así como se aconseja a los trabajadores la realización de un test de antígenos a la semana si están vacunados y dos en el caso de no estarlo, medida que ahora se recomienda pero que se va a solicitar que sea obligatoria, ha anunciado Page.
Del total de casos positivos de covid en los centros residenciales, solo dos han requerido hospitalización y no de gravedad extrema, por lo que las medidas se toman con carácter preventivo para evitar que el virus entre en las residencias.
Una fase diferente de la pandemia
El presidente regional ha comentado que esta es una fase diferente de la pandemia, por la variante ómicron que ya supone el 80 % de los casos detectados en Castilla-La Mancha, en la que la presión se ha trasladado a la Atención Primaria, puesto que en los momentos más duros de la pandemia, el 10 % de los casos positivos terminaban en hospitalización, porcentaje que ahora es del 1,15 %, es decir, diez veces menor.
Y según lo dictaminado por la ciencia en relación con la variante ómicron, se ha mostrado partidario de reducir a cinco días el confinamiento de asintomáticos, para adaptarse a esta nueva variante y anteponiendo la ciencia a la economía, ha precisado Page, quien ha añadido que la región se someterá a lo que se acuerde en el conjunto de España y la Unión Europea, pero ha considerado que ahora “no se puede tener a más gente confinada que cuando la situación era mucho peor”.
El presidente regional, que ha advertido de que la incidencia del coronavirus va a seguir subiendo en las siguientes semanas porque hay transmisión comunitaria y, por tanto, la “cuesta” de enero será dura, ha puntualizado sin embargo que, dado que la variante del virus es distinta y tiene un comportamiento con conlleva menor hospitalización, las actuaciones también tienen que ser diferentes.
En ese sentido, ha defendido las medidas en positivo y dirigidas a los colectivos vulnerables por encima de las restricciones duras e indiscriminadas, aunque ha avisado de que, según la evolución de los datos, “si hay que tomar medidas más drásticas, las tomaremos”, y también ha agradecido a la gente su prudencia y que en estos días de Nochebuena y Navidad se haya autolimitado y haya reducido los contactos, algo que no se hizo en el puente de la Constitución.
Preguntado el presidente regional por su postura sobre la vuelta a las aulas al término de las vacaciones de Navidad, se ha mostrado partidario de la presencialidad , ya que ha opinado que no tendría sentido cerrar los colegios después de estar todas las fiestas “moviéndonos”, además, cuando se decidió abrir las aulas la situación era de más alto riesgo que hoy, cuando ya se ha iniciado incluso la vacunación infantil y el comportamiento de la comunidad escolar está siendo ejemplar.
Ha señalado que si en la región no se está marcando una pauta radical ni con la hostelería ni con otras manifestaciones festivas, menos se tiene que hacer con un servicio básico como es la educación, y ha insistido en que no tendría sentido vaciar las aulas para terminar los niños juntos en el parque, no obstante, ha precisado que la región se someterá a lo que se acuerde para toda España.
