La Cátedra del Tajo UCLM-Fundación Soliss ha analizado el estado del río Tajo identificando dos problemas: la insuficiente depuración del agua en la Comunidad de Madrid y la falta de dinámica fluvial a consecuencia del trasvase Tajo-Segura.
Por ello ha concluido que el Tajo es incapaz de diluir, por falta de caudal, la enorme concentración de contaminantes que llegan desde las depuradoras, toda vez que el Jarama aporta al Tajo tres veces más caudal y de aguas cargadas de contaminantes que lo que lleva el río antes de esa confluencia.
La entidad ha realizado está reflexión en el primer número de la serie ‘La Cátedra del Tajo UCLM-Soliss responde’ bajo el título ‘¿Por qué el río Tajo se encuentra en tan mal estado?’ en el que ha explicado que los motivos por los cuales el río se encuentra en su situación actual.
La ‘Cátedra del Tajo’ busca revertir el estado de río con el apoyo de toda la sociedad, como anunciaron durante su presentación el pasado 15 de febrero.
De la falta de depuración y las espumas
La Cátedra ha señalado que, desde la década de 1970, como consecuencia de la industrialización, la concentración de población en grandes núcleos y la contaminación agraria (agrícola y ganadera), las aguas del Tajo presentan “un nivel de contaminación muy alto”, que degenera en espumas en algunos de sus tramos, con sus riberas degradadas, desconectadas, alteradas y con una sistemática falta de caudal que le hace encontrarse muy lejos de sus condiciones naturales, previas a la acción del ser humano.
Así, ha analizado que la causa de su mal estado físico-químico es la insuficiente depuración de las depuradoras del territorio.
En este artículo, se apunta que el área metropolitana de Madrid, con 7 millones de habitantes, representa el 82 por ciento de la población de la cuenca y es la principal área urbana e industrial del país.
Además, añade que dos de sus cuencas, las de los ríos Jarama y Guadarrama, recogen la práctica totalidad de los vertidos de esa gran cantidad de aguas y personas y estos dos ríos desembocan en el Tajo.
Pero la Cátedra ha denunciado que “los sistemas de depuración madrileños, pese a tratar la práctica totalidad del agua en la región, son incapaces de evitar que los ríos Jarama y Guadarrama transporten diariamente millones de litros de agua cargada de contaminantes y que tienen a los ríos madrileños en un estado perpetuo de deficiente calidad”.
En este sentido, cabe apuntar que el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) ya ha destinado una partida para mejorar la depuración de las aguas del río Jarama.
Igualmente, que la ministra, Teresa Ribero, ya advirtió a la Comunidad de Madrid debe mejorar la depuración de sus aguas que vierten al Tajo.
El trasvase, un “hidromito”
Asimismo, la entidad ha apuntado que el trasvase Tajo-Segura se estableció por un ‘hidromito’ sobre el desequilibro hidrológico peninsular, según el cual al Tajo le sobran entre 600 y 1.000 hectómetros cúbicos al año que debían contribuir al desarrollo económico del sureste.
Al respecto la cátedra ha añadido que se ha demostrado que “no existían tales excedentes y que las aportaciones en cabecera están ya un 50 por ciento por debajo de lo estimado”, una cifra que ha augurado que se verá aún más reducida como consecuencia del cambio climático.
Para la cátedra, “lo más grave de todo es que estas dos cuestiones ocurren a la vez en el mismo río”, por lo que “toda esta agua contaminada llega a un río Tajo con unos caudales exiguos” y ha argumentado que “los motivos por los cuales el río se encuentra en tan mal estado es que el Tajo es incapaz de diluir, por falta de caudal, esta enorme concentración de contaminantes”.
“Las espumas y grasas que son visibles desde los históricos puentes de Toledo no son realmente el río Tajo, sino que son la suciedad aportada por el Jarama y las depuradoras en el Tajo aguas arriba”, ha concluido el informe.
Agua contaminada embalsada en Talavera
En cuanto al estado del río aguas abajo de Talavera, la cátedra ha determinado que el Tajo es “una concatenación de presas” debido a su explotación hidroeléctrica, que llevan a “un río desnaturalizado”, ya que ha desaparecido como tal y solo son “aguas embalsadas con criterios empresariales”.
Con todo, la cátedra ha pedido a la Confederación Hidrográfica del Tajo que, si bien no puede decidir sobre el trasvase, sí tiene el control sobre la contaminación y por ello ha instado que, a través de las autorizaciones de vertido y la mejora de la dinámica fluvial mediante el establecimiento de un régimen de caudales ecológicos (como recogen las nuevas Reglas de Explotación), ayude a alcanzar el buen estado ecológico de las masas de agua del tramo medio del río Tajo.