El Torreón de la Puerta de Alcántara de Toledo posee uno de los más antiguos rastrillos de Europa, datado a finales del siglo XII o principios del XIII, según ha puesto de manifiesto la restauración llevada a cabo durante los últimos once meses por el Ayuntamiento de Toledo y la Fundación Montemadrid y que permitirá añadir al patrimonio toledano un nuevo mirador privilegiado sobre el río Tajo y la ciudad.
Así lo han explicado durante la presentación de las obras de restauración la directora general y responsable de Patrimonio de la Fundación Montemadrid, Amaya de Miguel y Gabriel Morate, respectivamente, y la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, en un acto que ha servido también para entregar los diplomas a los nueve alumnos de la Escuela Taller que han participado en los trabajos.
Morate ha explicado que éstos han consistido en el adecentamiento del interior de la torre-puerta del Puente de Alcántara, “respetando su autenticidad y elementos originales”, y en la restauración de su rastrillo, que estaba encajado en la herradura del arco, por lo que se desconocía cuál era su estado.
“La sorpresa ha sido descubrir que este rastrillo es de finales del siglo XII o principios del XIII, lo que le convierte en uno de los más antiguos que se conservan en Europa”, ha enfatizado el director de Patrimonio de Montemadrid, quien ha explicado que esta datación ha sido llevada a cabo en un laboratorio de Miami especializado en la prueba del Carbono-14, que es la que ha permitido situar la construcción del rastrillo entre 1156 y 1266.
Y ha subrayado que los muy pocos rastrillos que se conservan en la actualidad en el mundo son o bien del siglo XIV o bien reconstrucciones contemporáneas y están realizados con listones de madera de madera de hierro a modo de reja.
En este contexto ha explicado que el rastrillo es un elemento defensivo que, aunque ya se conocía en la Antigüedad, se popularizó en la Edad Media y su enorme importancia, además de defensiva, era estratégica, al confluir en esta torre-puerta de Toledo los caminos que desde el otro lado del Tajo provenían del este y del sur, así como también fiscal (cobro del impuesto de pontazgo) y policial y sanitaria, ya que ayudaba a aislar la ciudad en momentos de pandemia.
Toda esta historia pone en valor un monumento como es el torreón occidental del Puente de Alcántara, un auténtico “hito” visual en la ciudad de Toledo, que a partir del próximo mes de junio podrá visitarse, según ha adelantado la directora general de Montemadrid, quien ha explicado que, a la restauración presentada este martes, seguirá una segunda fase en la que se restaurarán las bóvedas, así como la lápida con inscripciones cristianas y los dos escudos de tiempos de Felipe II y los Reyes Católicos del torreón.
Una vez acometidos estos trabajos, se comenzará el diseño del plan de visitas públicas, comunicación y difusión, que se espera que esté concluido en el mes de mayo, para que el torreón del Puente de Alcántara pueda ser ya visitable en el mes de junio, ha adelantado De Miguel, quien se ha mostrado muy satisfecha con la participación en este proyecto de Montemadrid, que, según ha recordado, ya colaboró en 1998 en la restauración del conjunto de las murallas de Toledo.
Por su parte, la alcaldesa de Toledo ha destacado que con esta actuación se persiguen varios objetivos: “damos formación a jóvenes para mejorar su empleabilidad, recuperamos patrimonio en un espacio vinculado a Alfonso X en el año de su VIII Centenario y se añade al catálogo de la ciudad un nuevo foco de atracción turística, como es un nuevo mirador en un entorno de gran riqueza paisajística, natural y patrimonial, descongestionando los itinerarios habituales”, ha aseverado.
Tolón ha agradecido a los nueve alumnos participantes en la restauración el intenso trabajo realizado durante los últimos meses para llegar a estos buenos resultados y ha agradecido la iniciativa de la Fundación Montemadrid, con la que “unimos el pasado con el futuro de los jóvenes”, ha aseverado la regidora municipal.