La alcaldesa de Talavera, Tita García Élez, ha asistido a la presentación del octavo calendario solidario de la Fundación Madre de la Esperanza, en una edición en la que ha editado 1.300 ejemplares con el lema, para todo el año 2020, ‘La tierra, mi casa. Las personas, mi familia’.
El acto, que se ha desarrollado en el Centro Cultural Rafael Morales, también ha contado con la presencia de la directora general de la Fundación, Sor Ángeles Lumbreras; el vicepresidente del Patronato de la Fundación, Felipe García; el fotógrafo Rubén Guerrero; el concejal de Hacienda, Luis Enrique Hidalgo, y la concejala de Protección Social y Reducción de la Desigualdad, Nuria Sánchez.
García Élez ha agradecido el “compromiso” de Madre de la Esperanza con la ciudad a través de las imágenes de estos doce meses del año, y ha valorado la gran labor de un Gobierno al “apostar por una ciudad más amable y sostenible”.
En este sentido, ha señalado que la ciudad es “acogedora”, pero ha invitado a convertirla aún más, para que “los niños puedan salir a la calle de nuevo” y en ella se pueda “ver el color verde de nuevo”. Por este motivo, ha agradecido el eslogan de este año, ya que habla de cosas que engloban el sentimiento de toda la Fundación, de ese “trabajo diario y meticuloso que hacen en los diferentes ámbitos”.
En este sentido, ha puesto en valor esa labor de “sentimiento y cariño” que hace la Fundación hasta rincones “donde la Administración no llega”. Por eso, ha hecho extrapolable el mensaje de sostenibilidad y medio ambiente y ha puesto sobre la mesa la responsabilidad individual de “dejar un mundo mejor”, algo que ha sostenido en palabras como “el cuidado y el respeto”. Este trabajo conjunto de toda la sociedad, ha continuado, servirá para “conseguir una mejor imagen de ciudad que estamos proyectando”.
La directora general ha ensalzado la nueva “experiencia” que se ha vivido con el calendario para 2020 y se ha referido “al fortalecimiento de los vínculos que encontramos en la naturaleza para aumentar nuestras dimensiones de vida”.
Así, ha conseguido el compromiso de toda la comunidad del Madre de la Esperanza para tomarse como “un deber y una responsabilidad hacer de Talavera la casa común de todos”.
Igualmente, el también vicario episcopal de Talavera ha dicho que los usuarios de la Fundación son personas con discapacidad que puedan desarrollarse integralmente en este centro, así como ha apelado a la sensibilidad de los presentes para tomar conciencia de que en este mundo “no somos dueños, sino administradores de lo que tenemos”.