El Gobierno de Castilla-La Mancha se ha mostrado en contra del aprobado general porque, por un lado, supone “penalizar” al alumnado que tiene “una calificación óptima” y, por otro, hace “un flaco favor” a quienes tienen una nota inferior, ya que “rompen su hábito de estudio y tiran la toalla desde el punto de vista educativo”.
Así lo ha asegurado este jueves la consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez, en la rueda de prensa telemática que ha ofrecido para informar de la videoconferencia que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha mantenido con representantes de la comunidad educativa de la región.
“No estamos de acuerdo con el aprobado general. Ninguna comunidad autónoma ha defendido ese posicionamiento en la conferencia sectorial y Castilla-La Mancha tampoco”, ha afirmado Rodríguez, quien ha añadido que la comunidad educativa también lo piensa así.
Pasar factura
La titular de Educación ha aseverado que “lo que no queremos es que esta situación no presencial le pueda pasar factura al alumnado en siguientes etapas educativas y perder los hábitos de estudio supondría un esquilmamiento de su condición educativa”.
Asimismo, ha resaltado que la repetición es “solamente para casos excepcionales”, para el conjunto de alumnos que no puede superar etapas o cursos sucesivos, y ha considerado que esta medida no tiene que servir para penalizar a los estudiantes, “sino para aquellos casos que, excepcionalmente, no puedan abordar enseñanzas superiores”.
Rodríguez ha incidido en que hay “inquietud” por conocer cuándo tendrá lugar la vuelta a las aulas, pero ha defendido que la reincorporación tenga como base la salud física, siguiendo los protocolos que indiquen las autoridades sanitarias, y también la emocional.
