La iniciativa ciudadana abanderada por la asociación Tierras de Cerámica con el objetivo de que las técnicas tradicionales de la cerámica artística de Talavera y Puente del Arzobispo obtengan la calificación de Patrimonio de la Humanidad en su calidad de bien inmaterial por parte de la Unesco, representa el principal y tal vez último cartucho para que el sector cerámico local y comarcal salga de la tremenda crisis comercial y laboral que, tras siglos de gloria y esplendor, atraviesa desde finales de los años 90.
Situación agravada en 2001 con los atentados del trágico 11-S y las consiguientes restricciones aduaneras por parte de Estados Unidos, lo que redujo drásticamente la exportación cerámica; la desigual competencia con productos asiáticos de menor calidad y precio; y, al fin, los demoledores efectos de esa crisis económica que todavía colea y que, como afirma a Ahoraclm la portavoz de Tierras de Cerámica, Pilar Campillejo, “se ha cebado especialmente con la Artesanía”.
Tras el cierre de un sinfín de talleres y el consiguiente despido de cientos de trabajadores por obra y desgracia de la mencionada crisis, la declaración por parte del Gobierno regional el pasado 15 de octubre de Bien de Interés Cultural con la categoría de bien inmaterial de la cerámica de Talavera y Puente y la reciente inscripción de tal reconocimiento en el Registro General de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Cultura, ha despertado en el sector mayor ilusión que las medidas municipales tomadas en los últimos años en pro del mantenimiento y difusión del arte cerámico.
Muchas medidas, pocos resultados
Entre esas medidas adoptadas, caben destacar las tomadas a lo largo de los sucesivos mandatos del socialista José Francisco Rivas: creación en el año 2000 de la Marca de Garantía ‘Talavera Cerámica’y la apertura en 2004 del ya extinto Centro de Promoción de la Artesanía en el antiguo Mercado de Abastos. A ellas se unieron los acuerdos adoptados en 2009 sobre la reducción del diez por ciento del impuesto de construcciones por utilización en las obras de elementos cerámicos, la promoción de la ornamentación cerámica tanto en los edificios públicos de nueva creación como en los elementos de orientación urbana y la candidatura de Talavera a la presidencia de la Asociación de Ciudades de la Cerámica, que se hizo efectiva en 2010 y volverá a repetirse en 2017.
El PP contribuyó a la causa en 2014, bajo el mandato del desaparecido Gonzalo Lago, con el anuncio de la finalmente fallida iniciativa de ofrecer a los países que disfrutan de obras cerámicas de Talavera la restauración de las mismas a cargo de artesanos locales. Medidas, unas y otras, que no consiguieron reactivar un sector que vivió un momento de esplendor y esperanza con la construcción por parte de 23 artesanos locales del mural cerámico más grande del mundo, el que luce en la fachada del Centro de Convenciones de Orán (Argelia), bajo el liderazgo de ‘Cerámica Artística San Ginés’ cuya gestora, Mónica García del Pino, obtuvo el Premio Nacional de Artesanía en 2010.
Una declaración “fundamental”
Mientras tanto, la sala de máquinas de la emblemática y mundialmente apreciada cerámica de Talavera funcionando cada vez a menor gas, con kafkianas discusiones sobre la calidad y utilidad de las piezas que salían al mercado, la duda metódica entre la necesaria modernización y la arrasadora industrialización, e incluso el afortunadamente fallido vaticinio en 2009 del propio director de la Federación Regional de Artesanos, Roberto Perea, respecto a que “la cerámica talaverana está abocada a la desaparición”.
Y todos pidiendo árnica y recursos a unas instituciones que, acostumbradas a las solicitudes y peticiones, nunca se han sentido excesivamente obligadas al respecto. Pero precisamente eso, la obligación de apoyo estatal e institucional, es lo que busca Tierras de Cerámica con su encomiable y altruista lucha ciudadana por conseguir que la cerámica de Talavera y Puente sean declaradas Patrimonio de la Humanidad.
Así lo confirma a Ahoraclm la portavoz de este colectivo, Pilar Campillejo, al asegurar que “la declaración de la Unesco obligaría al Estado a proteger y salvaguardar dichas técnicas cerámicas, además de incluirlas en los listados de Patrimonio, lo que supondría un salto cualitativo en las rutas turísticas al estilo del experimentado por el flamenco, la Alhambra o el Camino de Santiago”. Asimismo, Campillejo considera que “esta declaración también sería fundamental para asegurar el relevo generacional en un sector cuyos integrantes son actual y mayoritariamente de avanzada edad, necesitando de savia nueva para mantener ese espíritu artesanal que nos ha dado fama mundial y cuya esencia debe volver a ser nuestro santo y seña artesal”.
Magdalena Corrales, nueva presidenta
Con ese loable objetivo a unos dos años vista, trabaja una asociación que el pasado 27 de noviembre celebró su asamblea general de socios y que también ha cambiado su junta directiva, siendo la actual presidenta Magdalena Corrales y Helena Rueda la vicepresidenta. También se aprobaron los estatutos y se informó a los socios sobre la formación de grupos de trabajo para el Proyecto Unesco, el desarrollo del modelo de participación ciudadana y la creación de la red de apoyos nacionales e internacionales.
Son las armas ciudadanas de un colectivo que, con el apoyo de absolutamente todos los sectores sociales e instituciones, se ha convertido en la principal esperanza del delicado sector cerámico. Tal vez no la panacea, pero sí un importante cartucho en la lucha por la recuperación de la principal identidad artesana de Talavera y comarca.
