El sacerdote de Talavera de la Reina acusado de abusos sexuales a una menor ha negado los hechos en la primera jornada del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Toledo a puerta cerrada por acuerdo de la Sala.
En este primer día, han declarado el acusado, la víctima y la madre y el padre de la misma, mientras que el miércoles será el turno de las pruebas periciales e informes de los forenses en los que la Fiscalía y la acusación particular han basado su petición de prisión para el cura, de 15 y 22 años respectivamente.
“Jamás haría nada a la niña, la trataba como a una hija”
El acusado ha negado los hechos que se le imputan -un delito continuado de agresiones sexuales en el despacho parroquial durante varios años en los que fue director espiritual de la víctima y otro contra la integridad moral- y ha afirmado que “jamás haría nada a la niña”, a la que ha dicho que quería y “trataba como a una hija”, según han informado fuentes jurídicas a Efe.
Asimismo, el acusado, que ha acudido a la Audiencia Provincial con la vestimenta negra de cura, luciendo el alzacuellos y cubriéndose el rosto con gorra y mascarilla, ha reconocido que tenía y mantiene una relación sentimental con la madre de la víctima, a la cual ha achacado la denuncia por un móvil de “celos y venganza”.
La víctima, por su parte, ha relatado, a preguntas del Ministerio Fiscal y de los letrados, los distintos episodios de abusos sexuales sufridos entre enero de 2011 y junio de 2013, tal y como recoge el escrito de acusación de la fiscal, y las consecuencias traumatizantes y desde el punto de vista psiquiátrico que le han conllevado.
La madre declara a favor del sacerdote
También ha declarado en esta primera jornada la madre de la víctima que, según las mismas fuentes, lo ha hecho a favor del sacerdote y se ha referido a uno de los episodios recogidos en los escritos de acusación sobre un exorcismo practicado a la menor, que la progenitora ha justificado en que “tenía el maligno en el cuerpo y había que sacárselo”, si bien no ha respondido sobre si contaban con autorización del Arzobispado o del Vaticano para ello.
Este miércoles continuará el juicio, también a puerta cerrada, para proteger la imagen e intimidad de la víctima y su entorno y la presunción de inocencia del acusado, tras la petición realizada por el Ministerio Fiscal a la que se han adherido la acusación particular y la defensa del procesado.
Habría otras posibles víctimas
La abogada de la víctima, María Victoria Vega, ha manifestado, en declaraciones previas al inicio del juicio, que confía en que “por fin” se haga justicia contra el acusado “por las que callan y las que no”, ya que ha asegurado que hay otras jóvenes que también han sido víctimas pero no han dado el paso de denunciar.
Para ello, ha subrayado que los informes periciales forenses son “claves” en los hechos para demostrar la credibilidad del testimonio de la víctima.
De hecho, la fiscal en su escrito ha expuesto que la víctima tiene una serie de “padecimientos psiquiátricos” compatibles con “haber experimentado acontecimientos traumatizantes, como pueden ser los abusos-agresiones sexuales continuados en el tiempo, que la víctima vivió en soledad durante años en una situación de vulnerabilidad”.
Además de la pena de prisión, la Fiscalía quiere que se inhabilite al acusado para cualquier profesión u oficio que conlleve el contacto regular con menores, que se le someta a libertad vigilada durante 10 años y que se le prohíba durante 20 años comunicarse con la víctima, cuya “vulnerabilidad” ha tenido en cuenta para formular su petición.