El Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha investigado a un hombre, de 66 años de edad, como presunto autor de un delito relativo a la protección de la flora y la fauna.
Este individuo fue sorprendido en el coto de caza que tenía arrendado en una finca La Puebla de Montalbán con el cadáver de un meloncillo, una especie no cinegética, en el maletero de su vehículo.
Agentes del Seprona de la Guardia Civil de Los Navalmoralesque que se encontraban de servicio en la finca observaron que debajo de una encina había una caja-trampa para animales.
Esta jaula, de tipo guillotina, estaba dispuesta para su uso, con las puertas abiertas y con una paloma viva como cebo, una práctica expresamente prohibido en la actual normativa de caza de Castilla-La Mancha al ser un arte no selectivo.
Tras recorrer el coto, llegaron a encontrar otras dos cajas-trampas más similares a la primera y listas para ser utilizadas.
Al poco localizaron y dieron el alto a un vehículo que no tenía matrícula delantera. Los agentes comprobaron que carecía de seguro y tenía la ITV caducada, por lo que identificaron a su conductor, quien resultó ser el arrendatario y gestor cinegético del coto de caza.
Al inspeccionar el interior del vehículo, encontraron un meloncillo (Herpestesicheumon) muerto, una especie no cinegética cuya caza no está permitida.
Además, llevaba un rifle del calibre 22 municionado, de tipo carabina, el cual está considerado también como un medio prohibido con carácter general en Castilla-La Mancha.
Una cuarta caja-trampa
Al ser sorprendido, el presunto autor acompañó a los agentes hasta una cuarta caja-trampa donde habría sido capturado el meloncillo y donde todavía había restos de sangre del animal.
Por estos hechos, los agentes del Seprona tomaron manifestación en calidad de investigado no detenido a este hombre, de 66 años y nacionalidad española, por un delito relativo a la protección de la flora, fauna y animales domésticos, e incautaron el total de las cuatro jaulas de tipo guillotina y el arma larga, siendo puestos a disposición de la autoridad judicial.
El cuerpo del animal fue entregado al Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas (CERI) de Sevilleja de la Jara para realizar la necropsia y confirmar las causas exactas de su muerte.