Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil han desarticulado una organización internacional dedicada al tráfico ilícito de vehículos desde España hasta Marruecos. La operación, dividida en tres fases, se ha saldado con la detención de 20 personas -siete en la primera fase, cuatro en la segunda y nueve en la tercera- de nacionalidades española y marroquí, responsables del robo de más de 40 vehículos en las provincias de Madrid, Toledo y Guadalajara. El líder de la trama residía en Marruecos y trabajaba bajo pedido ordenando desde allí el robo del coche solicitado, generalmente compactos y de gama media. También se dedicaban al despiece de vehículos para su venta y exportación, así como al tráfico de sustancias estupefacientes.
Investigación
El inicio de esta investigación tuvo lugar a finales de octubre de 2015 con la detención de tres personas en una nave ubicada en Griñón (Madrid), que utilizaban para despiezar coches sustraídos. Los arrestados, imputados por el robo de más de 20 vehículos, pertenecían a una organización criminal que contaba con personal para robar los coches, mecánicos que los despiezaban y conductores que los sacaban de España, principalmente a través del Puerto de Algeciras.
Entre sus integrantes había también personal encargado de la falsificación de los elementos de identificación de los mismos – permiso de circulación, ficha técnica y placas de matrícula.
Gracias a estas primeras pesquisas los agentes pudieron identificar al resto de integrantes de la trama y detuvieron a cuatro personas más en el Puerto de Algeciras, cuya función era la de transportar en furgonetas tanto piezas de coche, como vehículos, todos ellos sustraídos en Madrid.
‘Maquillaban’ los vehículos para disimular su sustracción
Su modus operandi consistía en localizar en primer lugar el vehículo a robar, generalmente compactos de gama media con muchos extras y discretos. Tras seleccionar el objetivo en escasos minutos abrían el turismo y, con un dispositivo electrónico, conseguían arrancarlo para desplazarlo a una zona más segura donde lo dejaban estacionado unos días. Si durante este plazo el vehículo no había sido localizado por las fuerzas de seguridad, lo desplazaban hasta los locales que la organización poseía para cambiar sus elementos identificativos y dotarlos de una apariencia de legalidad. Una vez ‘maquillados’ los enviaban por carretera a los puestos fronterizos con destino final Marruecos, añadiéndoles sillas de bebé o bien llenándolos de objetos con el fin de pasar desapercibidos y evitar su inspección.
Otras fases de la operación
Durante la segunda fase de la operación, que tuvo lugar a mediados de este mes de mayo, se detuvieron en Madrid, Parla (Madrid) y Yuncos (Toledo) a otras cuatro personas pertenecientes a la organización y relacionadas con el robo de coches en la zona sur de Madrid. En el registro de sus domicilios se hallaron numerosos útiles empleados para el robo y manipulación de vehículos tales como: llaves vírgenes, ganzúas, centralitas electrónicas, y decodificadores OBD.
Por último, ya en la tercera fase, otras nueve personas fueron detenidas en Azuqueca de Henares (Guadalajara) y Málaga. La forma de actuar era similar aunque, para no hacer competencia con la otra rama del grupo criminal, actuaban en el este de Madrid y el Corredor de Henares hasta Guadalajara.
Desguace en menos de cuatro horas
Tras las distintas detenciones realizadas en transcurso de las diferentes fases del operativo, el jefe de la trama, residente en Marruecos, dio la orden de cambiar de objetivo y centrarse en el robo de furgonetas. Tras realizar su manipulación y falsificación las cargaban con objetos comprados en chatarrerías y piezas de otros vehículos robados al fondo para dificultar su localización en caso de un control policial. De este modo obtenían mayores beneficios y el riesgo de ser descubiertos era menor. Para llevar a cabo el despiece de los coches contaban con una nave industrial ubicada en la provincia de Guadalajara donde disponían de toda la logística oportuna para ello, realizando el desguace en menos de cuatro horas. Algunas de estas piezas también eran vendidas en el propio taller a un precio muy por debajo al del mercado.
Otra variante utilizada por esta organización era utilizar los vehículos robados para transportar sustancias estupefacientes. De este modo fueron detenidas tres personas en Francia, las cuales ante un control policial de la Gendarmería trataron de evadirlo ocultándose en una zona boscosa y abandonando el vehículo sustraído, siendo recuperado con 50 kilos de hachís ocultos en su interior.
Minimizar riesgos
Para minimizar los riesgos contaban con otros miembros de la organización que alojaban los vehículos robados en distintas provincias andaluzas hasta asegurarse completamente que estaban ‘limpios’ para ser exportados. Igualmente, en los exteriores de las instalaciones portuarias, otras personas vigilaban la actuación policial para dar aviso a los conductores encargados de pasar los vehículos del momento idóneo.
Varios de los integrantes detenidos cuentan con más de 40 antecedentes policiales cada uno por delitos relacionados con el tráfico ilícito de vehículos y se ha decretado el ingreso en prisión para cinco de ellos.
Esta operación conjunta ha sido desarrollada por el Grupo de Tráfico Ilícito de Vehículos de la Comisaría General de Policía Judicial, el Grupo XVI de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid de la Policía Nacional y por el Grupo de Delincuencia Organizada del Automóvil de la Unidad Central Operativa (UCO).