Sus promotoras defienden que se trata de acciones puntuales que no pretenden perpetuarse en el tiempo, sino que aspiran a despertar conciencias, apelar al civismo ciudadano y, especialmente, a que la Confederación Hidrográfica del Tajo, CHT, asuma sus competencias y vele por la integridad de las riberas de Talavera. Sin embargo, en la práctica las sucesivas convocatorias de la recogida voluntaria de basura están consiguiendo retirar de este entorno natural de la ciudad una ingente cantidad de residuos.
Así volvía a suceder el pasado domingo, jornada en la que, tras el paréntesis del verano Basurillas en Acción volvía a enfundarse guantes y a recorrer bolsa en mano el entorno ribereño, en este caso los alrededores de la antigua central hidroeléctrica y el espacio comprendido el Puente de Hierro y el Príncipe Felipe.
Durante poco más de dos horas, una treintena de personas fue capaz de recopilar cerca de un centenar de bolsas repletas de residuos, además de objetos y enseres de todo tipo arrojados junto al río o arrastrados por la corriente. Como es costumbre, los deshechos quedaron expuestos a la entrada del Puente Viejo, donde luego fueron retirados por los servicios municipales de limpieza, en esta oportunidad por dos veces.
Entierro de la sardina
Un colchón, muebles, señales de tráfico, un televisor y sartenes formaron parte del sucio botín obtenido por los voluntarios y voluntarias que dedicaron parte de su tiempo libre a colaborar tan loable causa. Como siempre, la jornada culminó con una comida de hermandad y actividades lúdicas, entre ellas un simbólico entierro de la sardina. En este caso, el buche del pez confeccionado para la ocasión estaba también lleno de basura como símbolo de la degradación del río Tajo.
