“Un fallo constructivo, puntual o zonal” fue el detonante del desplome de parte de la cubierta de la iglesia de San Juan de Avila, en Talavera. Así se desprende de los estudios técnicos realizados tras el suceso acaecido en la madrugada del 10 de octubre. Según reza el comunicado emitido por la Oficina de Información del Arzobispado de Toledo, los referidos informes dictaminan que “el siniestro se produjo por un fallo constructivo, puntual o zonal, lo que provocó el colapso de la estructura principal de la techumbre de la edificación”.
Igualmente, se detalla que la estructura de la conocida como ‘iglesia redonda’ está configurada por jácenas o cerchas trianguladas de perfiles laminados de acero o que apoyaban o empotraban en otras jácenas y pilares mediante cordones de soldadura. Esta configuración propició que la zona colapsada arrastrara al resto de los elementos, provocándose una reacción en cadena y el consiguiente desplome de la cubierta, viéndose también afectados los forjados y cerramientos de las fachadas.
El Arzobispado también justifica la decisión de acometer la demolición completa del inmueble ante la gravedad de los daños que presentan tanto los elementos constructivos como la propia estructura, que “hacen imposible su conservación o rehabilitación, pues no podría garantizarse la seguridad de las personas y bienes”.
Por tanto, una vez que el Ayuntamiento ya ha concedido la oportuna licencia, en próximas fechas darán comienzo las tareas de desescombro y limpieza de un solar sobre el que posteriormente está previsto que se levante un nuevo templo parroquial.