Las treinta viviendas, situadas en un inmueble entre las calles Toledo y Dos Hermanas de Lominchar, han sido desalojadas sin problema alguno. Es más, los ocupantes ni siquiera se han dirigido a los servicios sociales para solicitar su ayuda.
Hay que reseñar que estos pisos estaban gestionados, hace siete años, por una inmobiliaria que los ofreció en alquiler con opción a compra. Pero ésta quebró y algunos inquilinos denunciaron al juzgado por estafa porque no se les reconocían sus pagos de alquiler y perdieron su derecho a adquirir las viviendas.