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Miles de personas, entre figurantes y espectadores, tanto de la localidad como de otras poblaciones españolas, se echaron a la calle para participar de las XI Crónicas del Rey Don Pedro, celebradas en Torrijos. La incorporación de novedades se realizó con acierto, si se tiene en cuenta que con ellas se consiguió no solo sorprender con innovadoras actividades, sino también transmitir una imagen de crecimiento.
De esta manera, se puede decir que esta fiesta -declarada de interés turístico provincial- ha subido un escalón por diversas razones, como es la implicación de nuevos escenarios y la prolongación tanto del mercado medieval como de los elementos decorativos, visiblemente de mayor número este año, hasta la calle Buenadicha y la Plaza del Doctor Cifuentes, donde se encuentra la Colegiata.
Así, la Colegiata cobró un mayor protagonismo en esta edición, al tiempo que se ensalzó aún más el Palacio de Pedro I, cuyo patio porticado “María de Padilla”, por primera vez, fue el lugar donde finalizó el domingo el desfile de antorchas y danzas de la muerte.
A este mismo patio se llevó también, como novedad, dado el incremento del número de asistentes, la cena medieval, la cual reunió a cerca de cuatrocientos comensales, ofreciéndose en ella como postre torrijas, en favor de la promoción de dicho dulce cuyo nombre se asemeja tanto al de esta villa.
El alcalde de Torrijos, Anastasio Arevalillo, señaló que “es muy importante que después de once años, continuemos cambiando, apostando por novedades, cosas nuevas, para que las Crónicas del Rey Don Pedro no vuelvan a ser lo mismo un año tras otro”.