Como estaba anunciado, este lunes ha comenzado el trabajo de las máquinas y operarios de la empresa madrileña AG Construcciones que se van a encargar de la demolición completa de la iglesia parroquial San Juan de Avila tras el colapso sufrido por su cúpula y parte de los muros interiores y perimetrales el pasado 10 de octubre.
Los trabajos han dado comienzo en la fachada principal de la ‘iglesia redonda’, avanzando hacia la zona más próxima a la plaza de la Hispanidad, donde también se ubican la vivienda parroquial. El plazo de ejecución previsto para completar el derribo y la posterior limpieza del solar de más de 4.000 metros sobre los que hace 35 años se levantó la iglesia parroquial de San Juan de Avila es de un mes.
Las labores en curso contemplan la conservación del campanario, erigido posteriormente a unos metros del edificio central y que no resultó afectado por el derrumbe producido el 10 de octubre. Además, se pretende que este elemento sirva como símbolo y recuerdo del antiguo templo una vez se levánte la nueva iglesia, cuyo proyecto todavía no ha sido redactado y que, según ha explicado Luis Mariano Gómez, párroco de San Juan de Avila, se adaptará a las nuevas necesidades de la actividad parroquial, por lo que los despachos y salas de reuniones no compartirán espacios con los espacios de culto, que, previsiblemente, ya no tendrán la forma circular que caracterizó al que ya ha comenzado a ser historia.
Reformas sin control
La demolición de la iglesia redonda ha comenzado horas después de que Ganemos Talavera alertara de distintas deficiencias detectadas en los expedientes municipales relacionados a la misma. Entre ellas se encontrarían la a la ausencia de la fecha de fin de su construcción original, así certificación de que los trabajos ejecutados se correspondieron con el proyecto original.
Igualmente, Ganemos alerta de que en el Ayuntamiento tampoco hay constancia de la licencia de la instalación posterior de una cubierta de chapa ni las consecuencias estructurales del falso techo de escayola añadido más tarde, actuaciones que, a día de hoy, se desconoce si tuvieron influencia o no en el colapso de la cubierta.
