El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha asistido hoy a la retirada del último neumático en la parcela de Seseña, tras el incendio del 13 de mayo, para dar cumplimiento al compromiso del Gobierno regional de que no quedaría una sola rueda antes de terminar el año.
Un lugar “muy simbólico” donde ha informado además que el Consejo de Gobierno acaba de aprobar el Plan Integral de Gestión de Residuos de Castilla-La Mancha “más ambicioso hasta la fecha” que tiene como objetivo impedir vertederos y catástrofes “como las acaecidas en Seseña”.
El Plan Regional de Residuos es pionero por varios motivos, en primer lugar, porque se le va a exigir a todas las empresas que se quieran instalar en Castilla-La Mancha para gestionar residuos “una fianza” que va a garantizar el pago por parte de las empresas de sus incumplimientos. Es decir, llevar a cabo lo que en la jerga medioambiental europea se conoce como el principio de ‘quien contamina paga’. El responsable de Medio Ambiente ha insistido en que “la responsabilidad no la tienen los ciudadanos, la tienen las empresas que contaminan”.
Además, ha advertido de que a partir de ahora “todas las empresas que traigan aquí residuos, de Madrid o de otros sitios, tendrán que pagar un canon específico” que aumentaría los ingresos en la región en caso de que persistieran con la idea y, fundamentalmente, “desincentivaría la idea de instalarse en Castilla-La Mancha”.