El barro fue el protagonista del concierto de Vanesa Klein en el Escenario Joven. Más que barro aquello era un lodazal impropio, no sólo para la concurrencia sino también para la protagonista, lo que retrajo a mucho público a acercarse a ver la actuación de la talaverana.
Hace años se tomó la decisión de eliminar el escenario de la Plaza de la Juventud sin prever que sobre la tierra del Parque de La Alameda en épocas de ferias, con lluvia en el 80 por ciento de las ocasiones, esto podría suceder.
Desde la Concejalía de Festejos se aseguró que las máquinas habían estado trabajando sobre este y otros espacios del reciento ferial pero no parece que esos trabajos hayan surtido el efecto deseado.
Los responsables municipales y los técnicos serán los que deban buscar soluciones, entre las que pueden estar compactar ese espacio emulando a las zonas de tierra de los Jardines del Prado o regresar al emplazamiento de la Plaza de la Juventud u otras que se puedan proponer.
Por otro lado, cabe significar que la Feria parece haber dejado de ser un lugar atronador e incómodo para los oídos, salvo alguna excepción, gracias a esos limitadores de sonido que se han propuesto de forma imperativa desde Festejos. Ayer se sucedían los comentarios positivos al respecto.