La variante o circunvalación sur de Talavera, esa que desde 2007 se anunció que eliminaría el tráfico de camiones por la ciudad, y que conectaría desde la rotonda del hospital hasta la autovía A-5 a la altura de la carretera de Arenas de San Pedro, sigue sin hacerse y, paradójicamente, pese a no tener vehículos está atascada… en la Plaza del Pan.
Lo último que sabemos es por fuentes de las direcciones generales de Carreteras y de Urbanismo de la Junta de Comunidades que han confirmado a este digital que se han visto “obligados” a paralizar la redacción del proyecto de construcción que estaba elaborando la empresa Técnicos en Construcción SL (TECO), por encargo de la Asistencia Técnica Provincial, porque sin la pertinente modificación del Plan de Ordenación Municipal “es imposible seguir más”.
Esta redacción, que debería elaborarse una vez aprobado el POM de Talavera, se anunció que se adelantaría para demorar lo menos posible la construcción de ese tramo de vial de 1.537 metros que falta para unir las carreteras N-502 y CM-4102 porque “el Ayuntamiento no ha hecho su trabajo”, según manifestó la consejera de Fomento, Agustina García Élez el pasado 6 de noviembre. Un anunció que no sentó bien en la Concejalía de Urbanismo ya que su titular, María Rodríguez, desveló que se había producido sólo un día hábil después de finalizar el periodo de alegaciones a esa modificación del POM. Sin embargo desde ese 3 ó 6 de noviembre han pasado cinco meses y el Ayuntamiento de Talavera “no ha movido un solo papel”, lamentan las mismas fuentes de Toledo.
Una corrección mínima
En diciembre de 2016, tras urgir la malograda consejera de Fomento Elena de la Cruz al Ayuntamiento a modificar el POM, Rodríguez salió al paso de esas declaraciones pidiendo que en los presupuestos de la Junta de Comunidades de 2017 figurasen los 2,5 millones de euros, que en principio se dijo que costaría la obra, porque en enero estaría redactado el borrador de la modificación del POM por parte de una consultoría externa. Pero el asunto nuevamente se dilató por mor de un informe de impacto ambiental que en mayo de 2017 la Consejería de Fomento dijo que no iba a hacer falta.
Ya el 12 de julio finalizó la redacción de la modificación del POM y se aprobó en Junta de Gobierno Local, remitiéndose el documento a la Comisión Regional de Ordenación del Territorio y Urbanismo (CROTU), dependiente de la Consejería de Fomento, que sólo unos días después requirió al Ayuntamiento corregir una serie de “deficiencias, sugerencias o añadidos” relacionados con trámites administrativos como el planeamiento de esta zona de Talavera, más concretamente, por el reparto de los aprovechamientos y la obtención de los terrenos de una superficie del viario que afecta a más de 52.000 metros cuadrados.
Como constó en el informe de la CROTU, “si esas modificaciones resultaran sustanciales sería necesario que el expediente volviera a pasar por fase de información pública. De lo contrario la Consejería de Fomento informaría favorablemente y la aprobación inicial de la modificación puntual del POM sería un hecho”, paso indispensable antes de su aprobación definitiva en el Pleno de Talavera, previo concretar la expropiación de los terrenos antes del inicio de las obras.
Pues esa mínima corrección, la subsanación de uno de los puntos relativo a unas parcelas afectadas por la modificación del POM, que ya se determinaría si sería susceptible de volver a poner el expediente en exposición pública, no ha sido remitida a la CROTU quien la solicitó el 29 de julio. Llama la atención los cuatro meses para esa pequeña modificación parcial del POM y los cinco de inacción confirmados en las direcciones generales dependientes de la Consejería de Fomento.
Todo empieza torcido
Desde antes de que el expresidente regional José María Barreda colocase la primera piedra del puente atirantado en noviembre de 2007 ya se trabajaba en esa circunvalación sur. El Gobierno Municipal de José Francisco Rivas eligió un trazado, el más corto -casi la mitad- y lógico, para esa conexión, pero avanzado el expediente se encontró con la oposición de la empresa Viguetas Segovia, que se negó a recibir contraprestación económica o a trasladarse y a la que no se le pudo aplicar una expropiación forzosa puesto que existían alternativas para ejecutar el vial.
El Puente de Castilla-La Mancha se abrió el 17 de octubre de 2011 y enseguida se convirtió en actualidad nacional al ser renombrado como ‘el puente a ninguna parte’, aunque los vecinos del Barrio de Santa María discrepan de tal denominación.
Ya por entonces la Junta de Comunidades y en el Ayuntamiento de Talavera eran gobernados por el PP y este asunto iba a dejar en mal lugar al PSOE, que no había sido capaz de dar una solución al trazado, como se dijo.
En octubre de 2013, dos años después, María Rodríguez anunció que el nuevo trazado ya estaba decidido y que atendía a “razones técnicas y ajustado a la situación económica actual”. Ese trazado, el mismo que ahora, se presentó y aprobó por entonces y en el mismo se especificaba que sólo afectaba a 7 u 8 parcelas de terreno rústico, alguna zona de regadío, sin explotaciones agrícolas y ganaderas y asequibles de expropiar. Hubo contactos con los propietarios a los que incluso se les hizo una propuesta económica y como alternativa otros terrenos en otra zona de la ciudad.
En septiembre de 2014, durante una visita de la consejera de Fomento popular Marta García de la Calzada, el alcalde Jaime Ramos dijo que la variante sur de Talavera “va a ir muy rápido a partir de ahora. Lo vamos a demorar lo menos posible”. Está claro que no contaba con el atasco en ‘su casa’ de la Plaza del Pan.
