El alcalde de Gálvez, Manuel Fernández Lázaro-Carrasco, acompañado por los concejales Virginia Sánchez Cogolludo, Carlos Benavente y Ana María Silva Braojos, han presentado las actividades previstas este año para celebrar por todo lo alto, y con la implicación de todos sus vecinos, la centenaria fiesta de San Antón, de más de 200 años, según legajos históricos.
Como viene siendo habitual en los últimos años, “y con el objetivo de continuar impulsando la fiesta más allá de nuestro municipio y localidades de alrededor, el sábado 19, a partir de las 21:30 horas, habrá en la Plaza de la localidad degustación gratuita para vecinos y visitantes de viandas del cerdo y gastronomía típica de la comarca a cargo del Ayuntamiento de Gálvez”, ha apuntado el primer edil. “Con iniciativas como estas estamos consiguiendo –ha continuado el alcalde- extender nuestra costumbrista y arraigada fiesta a visitantes de Toledo y localidades de nuestra región”.
Además, el Ayuntamiento regalará cientos de cencerros a los niños del colegio de la localidad, para que se siga conservando la esencia ancestral de esta fiesta, muy vinculada a los animales y especialmente al cerdo, cuna de riqueza económica hoy en día en Gálvez.
Pero la verdadera fiesta es el acogimiento y hermandad que los vecinos llevan a cabo durante todo el fin de semana, no solo entre oriundos, al calor de sus lumbres, sino con invitados, nuevos amigos y visitantes. De esta manera, los vecinos de Gálvez -localidad de 3.300 habitantes situada en la puerta de Los Montes de Toledo-, inician estos días todos los preparativos para que en la noche mágica del sábado prendan las más de 160 lumbres que se repartirán por todas las calles de la localidad (se estiman unos 3.000 kilos de leña por lumbre).
Alrededor del fuego los vecinos prepararán los avíos del cerdo y típica gastronomía de estos días: migas, chorizo, costillas, puches, morcillas, guisos de caza menor y caza mayor, los dulces típicos … y compartirán horas del día, la noche y la madrugada al calor de la hoguera.
La misa este año en honor al Santo tendrá lugar el sábado al mediodía con la bendición de animales “racionales e irracionales”, como reza en el Bando decretado por alcaldía.
“Sanantones”
En la madrugada se llevará a cabo por parte de los vecinos el tradicional y llamativo cortejo de “sanantones”. Es el momento en el que centenares de galveños de todas las edades y condiciones se visten en “sanantones”. Este llamativo disfraz consiste en ocultar el rostro, cuerpo, manos, pies e, incluso los andares y ademanes típicos de cada persona, detrás de unas vestimentas caracterizadas por ser harapos, ropa vieja y ajada complementada, adornados con cencerros, que impiden conocer al disfrazado.
No se habla, ni se toca. Nadie en la noche mágica reconoce al “sanantón” que misteriosamente se ha acercado a su lumbre. Ocultar la identidad es el objetivo de cualquier buen “sanantón”. Así se “corre el sanantón”, de lumbre en lumbre, comiendo y bebiendo. Sonrisas, sorpresas, sustos y buen ambiente se apoderan de Gálvez durante esta noche, que también contará con distintas charangas de madrugada para amenizar esta peculiar velada en las calles.
Tras estas primeras horas de la noche, la celebración continuará con la actuación de una orquesta en la carpa que se ha instalado en la Plaza para disfrute de todos.
Otra característica de esta Fiesta es su carácter hospitalario. Rememorando al antiguo guarro de San Antón que se criaba en las calles para después formar parte de la alimentación de sus vecinos, con la misma generosidad los galveños acogen en sus lumbres a los visitantes que durante la noche del 19 se quieren acercar a Gálvez. Disfrutarán y serán contagiados del espíritu hospitalario de los galveños, degustando los diferentes productos típicos que se elaboran en la comarca, así como la rica y variada gastronomía derivada del cerdo, principalmente.
En el Bando Municipal, se informa que “será obligación para todas las gentes que leyeran o supieran de este bando el cumplimiento y divulgación del mismo a todo aquel que encontrare en su camino, bajo pena a quien no lo hiciere de 100 céntimos de euros”.