La asociación Batalla Medieval de Consuegra trabaja durante casi todo el año en preparar escenas, textos y materiales necesarios para celebrar ‘Consuegra Medieval’ durante el mes de agosto -esta edición entre el 15 y el 18- , un evento cultural que, tras sus veintitrés años de historia, gracias a los voluntarios no ha perdido su esencia.
En declaraciones a EFE, el presidente de la asociación Batalla Medieval de Consuegra, Enrique Jiménez, ha contado que los ensayos y preparativos “in situ” se extienden a lo largo de junio, julio y la primera quincena de agosto, “antes de que llegue el evento”, y que los ensayos generales los realizan ya en el Castillo, la Plaza de Toros y “si es necesario”, la propia calle.
Jiménez ha explicado que el voluntariado se coordina por grupos de actividad, administrados por un responsable, y una junta directiva que se encarga de coordinar la parte técnica.
“La parte teatral es trabajo de los voluntarios” entre los que hay personas especialistas en historia y en el medievo que colaboran en documentación y creación de guiones, “son muchos años y esto genera vocaciones”, ha incidido Jiménez.
“No podemos hacer un espectáculo invariable”, ha afirmado Jiménez, quien ha asegurado que el festival ha ido evolucionando a lo largo de sus veintitrés ediciones hacia un evento más teatral, se han ido añadiendo escenas y se ha ido abandonando el castellano antiguo por “afinidad y por familiaridad” con el público, y las escenas nuevas se desarrollan en castellano actual con “un ligero toque medieval, un toque romance”.
Para algunas de las escenas nuevas, han elegido un hecho histórico a partir del cual se construye una historia, una “fantasía inspirada por el hecho”, aunque el “núcleo central” de las representaciones derivan del Cantar de Mío Cid, de poemas de la época o de textos históricos, ha añadido.
Jiménez ha explicado que para la confección del vestuario se hizo “una gran labor de documentación” y se contactó con profesionales de vestuario de teatro e histórico que crearon unas líneas de diseño base que “se han ido manteniendo durante todo este tiempo”.
Los voluntarios mantienen, clasifican y marcan las normas de la indumentaria y, si hay que hacer reparaciones o trabajar con prendas nuevas, el Ayuntamiento de Consuegra cuenta con un taller de costura municipal que se encarga de los remiendos.
“Actor, soldado, caballero y judío”, Juan Gómez, voluntario de la asociación Batalla Medieval de Consuegra, está implicado en el proyecto desde su primera edición, y después de veintitrés años de “hacer de todo” colabora desde el taller donde se encargan de construir escudos, lanzas y tambores para la escenografía.
Gómez ha contado que esta iniciativa surgió gracias a Paco Domínguez, quien escuchó “algo” sobre la Batalla de Consuegra donde había muerto el hijo del Cid y que se puso en contacto con el director de teatro Fernando Rojas y, juntos, presentaron el proyecto al Ayuntamiento.
“En la primera edición”, ha comentado Gómez, “como era la novedad”, se unieron “casi 500 voluntarios”, aunque ha admitido que como “enamorado de la batalla” no sabe si está exagerando, “fue un trabajo duro” que requirió de muchos ensayos porque “la gente no tenía ninguna experiencia”, así que los primeros años contaron con la ayuda de especialistas.
Según Gómez, los voluntarios “ya no necesitan ayuda”, cada año es “mejor organizado” y “más profesional” ya que hay gente que lleva trabajando en ello 15 y 20 años.
También ha reconocido que el número de voluntarios por año es variable, aunque ha destacado que este año cuentan con “casi 300 voluntarios” y que la calidad del espectáculo no depende de el número de personas, porque “quienes participan” se lo toman muy “en serio”.
Por su parte, Marian Jiménez, integrante de la asociación Batalla de Medieval de Consuegra, se sumó a los 12 años al equipo de voluntarios de Consuegra Medieval y ha pasado por diferentes personajes de la recreación, desde peón castellano en el castillo a bailarina, y ahora forma parte de la Junta Directiva que se encarga de la organización del evento.
Ha señalado que se encarga de organizar la parte almorávide en las calles del pueblo, con desfiles, vísperas de guerra y también animación y ambientación callejera.
“Para que mi padre me dejara salir a la calle y juntarme con los amigos, la única forma que había era apuntarse a las actividades que organizaba el pueblo”, ha relatado Marian Jiménez.
Sin embargo, veinte ediciones después, Marian continúa formando parte de este equipo de ‘Consuegra Medieval’ donde ha terminado quedándose porque son “como una familia”.