La localidad oscense de Sallent de Gállego ha vuelto a homenajear este jueves al guardia civil talaverano José Ángel de Jesús Encinas y a su compañera Irene Fernández, vilmente asesinados por la banda terrorista ETA, hace ya veinte años.
José Ángel e Irene, de 22 y 32 años respectivamente, murieron el 20 de agosto de 2000 tras explotar la bomba lapa que estaba colocada en su vehículo oficial. Eran poco más de las seis de la mañana y se disponían a iniciar su ronda.
Como cada año, los padres de José Ángel -José de Jesús y María del Prado Encinas– y la madre de Irene se desplazaron hasta Sallent de Gállego para recordar a sus hijos. El obispo de Jaca, Julián Ruiz, ha oficiado una misa en la iglesia del municipio oscense.
Tras la ceremonia tuvo lugar el acto de homenaje, con la colocación de ramos de flores por parte de los padres de ambos en la Plaza Valle de Tena, el lugar donde murieron los dos guardias civiles.
Los actos han contado con la presencia de la delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría, la subdelegada del Gobierno en Huesca, Silvia Salazar, el alcalde de Sallent, Jesús Gericó, el general división de la Guardia Civil, Carlos Crespo y representantes de la Gendarmería francesa y la Policía Nacional.