Es muy difícil escribir un guión de cómo será un partido de fútbol. A priori, todo indicaba que el CD Torrijos no tendría nada que hacer en Marchamalo ante el titular de la localidad, pues es uno de los gallitos del subgrupo B del Grupo XVIII de la Tercera división y, de hecho, ahora está empatado en la tabla clasificatoria con el CD Toledo, pero lo alcarreños han disputado un envite menos.
Eso sí, los rojiblancos se plantaron en el campo con la clara intención de demostrar el equipo aguerrido que es, parapetados en su fuerte sistema defensivo y desplegando un contragolpe mortal. Con estas armas, Angelillo, cuando se había cumplido la media hora de juego, consiguió el 0-1 y, diez minutos más tarde, era Diego Prado el que estableció el 0-2, un marcador con el que ambos contendientes se marcharon a los vestuarios.
Cambio de decorado
Pero tras el descanso, las cosas cambiaron. A los dos minutos de la reanudación, Daniyo acortó distancias. Este gol dio moral al Marchamalo y, apoyado por los doscientos espectadores que se dieron cita en La Solana, acorralaron a los de Fran Sánchez a base de centro laterales, pelotazos desde cualquier posición y un empuje épico.
La presión llegó hasta desquiciar a un Torrijos que campeaba el vendaval como podía. El empate llegó en un infantil error de los toledanos, que se vieron sorprendidos en un saque de banda y esto hizo que Peláez obtuviera el momentáneo empate a dos en el minuto 88. Esto, si cabe, dio más ánimos a un Marchamalo desbocado y que iba a por todas ante el atolondramiento torrijeño.
Y el tercer gol, y el del triunfo local, llegó en el descuento, cuando pasaban tres minutos, lo cristalizó Atance y llevó el delirio a la afición. Al final, se le escapó al Torrijos un triunfo que parecía claro en la primera mitad.
