Aún pendiente de su presentación pública y de la consiguiente puesta a disposición de todos los interesados en el mercado literario, un buen número de personas están ya disfrutando de ‘En pos de la quimera’, el último libro del periodista, profesor y actual director del Centro Asociado de la UNED de Talavera, Enrique Martínez de la Casa Rodríguez.
Un documentado, analítico, ilustrativo e interesante trabajo que disecciona con reveladores datos, nombres y casos los efectos y defectos del desarrollismo franquista en la ciudad de Talavera (1960-1975).
Y lo hace el autor, a través de la huella -todavía perenne en cierta manera- que en ella dejaron los tres planes de desarrollo pergeñados en los últimos coletazos de un gobierno franquista empeñado, en el periodo investigado por Martínez de la Casa, en dejar atrás la oscura, restrictiva y fracasada autarquía para intentar abrirse a una tímida economía de mercado, frente al pensamiento económico antiliberal propio del falangismo.
Una oportunidad de desarrollo, inversiones e infraestructuras que la élite social y política del momento en la ciudad, relacionada con nombres, apellidos y sectores en el libro, no supo aprovechar de la manera más fructífera para el conjunto de la sociedad talaverana, si nos atenemos a lo aportado, desvelado e investigado por Martínez de la Casa.
Una Talavera que pudo ser y que nunca fue, por el egoísmo manifiesto de una élite dirigente centrada en sus intereses y que no permitió la participación en sus casi siempre tardías demandas de un pueblo que actuó de figurante y mero espectador, que entronca directamente con la actual situación de esta nostálgica tierra que sigue reivindicando y añorando una Talavera que, efectivamente, nunca ha llegado a ser y que, por lo tanto, parece siempre a medio hacer.
Y esa es, precisamente, la principal aportación de ‘En pos de la quimera’, la brillante interpretación de un pasado reciente cuya huella se extiende, en cuanto a desarrollo y proyectos, a este presente talaverano que todos los lectores entenderán mucho mejor gracias al esfuerzo y compromiso investigador de Enrique Martínez de la Casa.