El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha celebrado el borrador del plan del Tajo porque con él “empieza a funcionar la política gradual de renovación y de cambio de la desigualdad hídrica”.
En un acto sobre conciliación celebrado en Toledo, el presidente castellano-manchego se ha referido al borrador del Plan Hidrológico de la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Tajo (2022-2027) que ayer publicó el Ministerio para la Transición Ecológica y que fija caudales ecológicos para todas las masas de agua superficiales y propone más de 550 medidas, con un importe previsto para el período del plan de unos 3.200 millones de euros.
García-Page ha celebrado este paso dado después de treinta años de reivindicaciones y, si no el 100 %, sí ha valorado que es la primera vez en décadas que “el vaso ya lo vemos medio lleno, porque hasta ahora estaba siempre casi vacío”.
Ha valorado que empiece a funcionar la política gradual de renovación y de cambio de la desigualdad hídrica, porque “no hay derecho” a que España siga amparando una obra de la Dictadura que “podía haber salido junto con los monumentos funerarios”.
El trasvase
El trasvase Tajo-Segura, ha continuado, es una obra que traspone y cronifica una desigualdad hidráulica entre la España seca y la España seca”, ha afirmado Page, quien ha añadido que en Castilla-La Mancha “no sobra agua, aquí falta agua”.
Por ello, ha dicho que es “absurdo” que siga este debate que tiene que acabar de manera consensuada, y ha mostrado su disposición a llegar a acuerdos.
Aunque todavía queda mucho por discutir y avanzar, Page ha resaltado la labor de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que “ha hecho más ya por la coherencia y la racionalidad con el agua y el planeta que todos los que he conocido yo”, ha dicho.