Agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil del Destacamento de Ocaña han socorrido a un joven menor de edad con autismo que sufrió un desvanecimiento en la autopista R-4 cuando viajaba junto a sus padres de vacaciones.
Sobre las 09’10 horas del pasado 17 de agosto, un ciudadano se puso en contacto con la Central Operativa de Tráfico (COTA) de la Guardia Civil de Toledo para informar que sobre el kilométrico 50,500 de la autopista R-4, dentro del término municipal de Ocaña, había un vehículo parado pidiendo auxilio a otros conductores y que ocupaba parte la calzada, con el consiguiente riesgo para ellos y el resto de los usuarios de la vía.
Desde esta Central se envió una patrulla del Destacamento de la Guardia Civil de Ocaña que acudieron al lugar y confirmaron que el vehículo parado ocupaba parte del carril derecho de la carretera y había dos personas en el exterior del mismo haciendo aspavientos y con gran estado de nerviosismo solicitando ayuda.
Al ir a atender a esta pareja, los agentes observaron a un menor en el interior del vehículo con síntomas de desmayo y que no respondía a ningún estímulo. Las dos personas allí presentes eran sus padres, quienes informaron a los agentes que su hijo, que padecía autismo, perdió la conciencia en mitad del viaje de vacaciones a Alicante y que era la primera vez que le ocurría.
En ese momento, los guardias civiles solicitaron los servicios sanitarios mientras que daban seguridad al vehículo señalizando el lugar debido a la gran densidad de tráfico en ese punto, y asistían al menor y a sus padres.
A los pocos minutos llegaron los servicios médicos de Ocaña para asistir in situ al menor, informando que este requería atención sanitaria en un centro hospitalario y que una ambulancia de soporte vital básico lo trasladaría al Hospital Virgen de la Salud de Toledo.
Debido al estado que presentaba el menor y al peligro de la situación donde se encontraba detenido el vehículo para su asistencia, los agentes y los padres del menor decidieron que el traslado se efectuase en el turismo familiar en el que viajaban, siendo escoltado por los agentes de la Guardia Civil hasta al centro hospitalario más cercano, llegando al Hospital del Tajo de Aranjuez, en Madrid, donde fue atendido.