Federico Román Soto es la persona que ocupa en esta semana la sección dedicada a los veteranos de la UD Santa Bárbara. Román –como era conocido futbolísticamente- nació en Toledo el 7 de septiembre de 1952. Y a los quince años de edad, en el equipo juvenil del CD Toledo, ya comenzó a demostrar sus grandes cualidades como defensa lateral derecho.
Román juega tres campañas en el cuadro juvenil verde y a los dieciocho años, concretamente en 1970, asciende al primer equipo para permanecer una temporada, pues es cedido al Sonseca y un año después –en 1972- vive otra cesión, pero esta vez al CD Torrijos.
Harto de cesiones, Román obtiene la carta de libertad del CD Toledo en el ejercicio liguero 1973-1974 y se compromete con la UD Santa Bárbara, una escuadra que contaba con Felipe Tello como entrenador.
Es en el cuadro armero cuando Román exhibe todas sus cualidades futbolísticas. Disponía de un buen toque de balón, se incorporaba con facilidad al ataque por el costado diestro, creaba ocasiones de gol y, además, era un baluarte defensivo.
Cuatro temporadas en el Santa
Cuatro temporadas defendió Román la elástica de la UD Santa Bárbara, pues en 1979, a los veintisiete años de edad, decide colgar las botas. Pero no se desvincula del deporte y, como otros protagonistas de esta sección, decide practicar el fútbol sala.
Milita en el Asepeyo durante cuatro años y en este espacio de tiempo consigue ganar dos campeonatos de liga y dos de copa. Pero a los 32 años deja definitivamente la práctica del deporte de competición.
No esconde, después de los años, que en el Santa vivió una buena etapa y recuerda con cierta nostalgia a sus compañeros Antonio Lozano, Estévez, Titi, Sierra o Jesús Parra. Actualmente, Fede Román vive en una urbanización cercana a la ciudad de Toledo, está jubilado y tiene dos hijos y tres nietas al que él tilda de maravillosas.
Y para mantener su forma física, el otrora futbolista camina diariamente una hora y media.