De ilustre artista, torero y mejor persona, el Ayuntamiento de Navalcán definió hace unos días a Mariano Sánchez ‘El Jala’ en la jornada en la que se fue para siempre. Aunque nunca llegó a tomar a la alternativa, El Jala fue el torero de los años setenta de la comarca talaverana. Era natural de Navalcán, pero siempre fue muy bien acogido en Parrillas, Gamonal, Velada, Mejorada, Segurilla, Talavera y otras localidades.
Su mayor logro fue introducir la fiesta nacional en lugares nada taurinos. Y lo hizo con su valentía, arte y sempiterna sonrisa. Arriesgó su vida y su patrimonio. Era ese novillero que después de lidiar en el coso lo hacía en los bares, verbenas y locales de las peñas de las poblaciones en las que actuaba. Lo más jóvenes le han conocido a lomos de wiski, su mejor caballo, y nadie olvida que ha sido protagonista en los pregones ofrecidos por el exminitro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, y del matador César Jiménez.
Se nos ha ido el hidalgo del toreo, el que soñó con la gloria y el que recogió la amistad de una comarca que se rindió a sus pies por la valentía que exhibió sobre la arena. Vayan estas líneas de homenaje a ese gran torero del alma.
