Eduardo Sánchez Butragueño (Toledo, 1977) es desde el mes de julio de 2020 el director general de la Real Fundación de Toledo, además de un enamorado no solo de la Ciudad Imperial, sino de toda la provincia –en particular- y de Castilla-La Mancha, en general. Disfruta conversando de la cultura. No oculta sus inquietudes y dibuja un horizonte esperanzador tras la pandemia.
Antes de desembarcar en su oficina del Museo Victorio Macho, Eduardo ejerció funciones propias de su formación: ingeniero técnico agrícola y licenciado en Ciencias Ambientales. Fue en febrero de 2004 cuando se incorporó a GICAMAN como técnico para la Implantación de la Ruta de Don Quijote.
Hasta marzo de 2012 fue director de las obras de mantenimiento y mejora de dicha ruta en las cinco provincias de Castilla-La Mancha. Entre 2012 y 2020 ha sido el director de comunicación y responsable del área cultural y social de Seguros Soliss y puso en marcha y dirigió la Fundación Soliss.
Y desde 2008 se esmera en el proyecto Toledo Olvidado, un blog divulgativo del precioso legado de la fotografía histórica de la ciudad de Toledo. Más de 30.000 fotografías han sido incorporadas al proyecto hasta la fecha. En diciembre de 2012 vio la luz el libro de Toledo Olvidado, una recopilación de las mejores imágenes del blog con una esmerada edición, al que han seguido tres libros más.
¿Qué es la Real Fundación de Toledo?
La ciudad de Toledo es un legado universal, que para nosotros se transforma en un compromiso: el de impulsar todas las acciones dirigidas a fomentar su habitabilidad y la protección, estudio y difusión de sus bienes patrimoniales.
Pensamos que la mejor forma de amar Toledo es respetarla y cuidarla, estudiarla y difundir su conocimiento. Toledo es, ante todo, cultura. Para que siga siendo así, debemos promoverla y conservarla de manera activa.
La Fundación es una institución cultural comprometida con Toledo y sus ciudadanos. Nuestro reto es acompañar a la ciudad en su evolución hacia un modelo de ciudad mejor.
La pandemia habrá marcado la actividad de la institución.
Evidentemente. Ahora estamos intentando poder retomar el curso cultural, hemos comprobado que la cultura, con las normas sanitarias de seguridad pertinentes, se puede ejecutar cara al público. Estamos cerrando proyectos que no tardarán en confirmarse y continuamos con la reactivación del Museo Victorio Macho.
Ahora, en estos tiempos tan convulsos, la Real Fundación Toledo necesitará más ayuda.
La Real Fundación Toledo es una institución privada que disfruta de muchas aportaciones. Toda la ayuda que llegue es poca, pero nosotros estamos orgullosos de mantener la actividad. Gracias a dichas aportaciones podemos crear iniciativas en defensa de la ciudad.
¿Cómo es la vida cultural de Toledo?
Ahora la actividad cultural está subiendo, aunque tras la crisis del coronavirus anda algo adormecida como consecuencia del cierre perimetral de Madrid. Pero la parálisis de la pandemia no ha podido con las ganas e ilusión de los toledanos y la ciudad comienza a despertar.
¿Qué tal se presenta el verano?
Estamos notando en la gente que desea que se programen actividades culturales, quieren dejar atrás esta pesadilla de la que parece estamos saliendo. En los próximos meses comenzarán a plasmarse proyectos para cambiar la ciudad.
¿Qué reto se ha marcado como director general de la Real Fundación de Toledo?
A mí me gusta decir que me he marcado tres objetivos. El primero de ellos ya se ha conseguido. Era la liberación del tallerón de Victorio Macho. El segundo debe de ser la actualización de la página web de la institución y el tercero es abrir la Real Fundación Toledo al mundo, algo para lo que cuento con la inestimable ayuda de la presidenta Sandrá Falcó.
O sea que espera un buen futuro para la institución.
Sí, soy muy optimista. Tal vez porque hemos sabido mantenernos en la situación que hemos padecido y hemos demostrado una capacidad de resilencia extraordinaria para adaptarnos a las dificultades de la pandemia.
Además, tenemos la ventaja de tener una ciudad como Toledo muy diferente, que nos permite oportunidades muy bonitas. Cada vez se valora más la cultura, el paisaje, la gastronomía de Toledo y por ello apoyaremos todo lo que haga falta.
¿Qué opinión le merece que las ciudades de Talavera y Toledo estén unidas por el AVE en un futuro?
Muy buena, Talavera de la Reina y Toledo deben de ser ciudades hermanas, están unidas por el cordón umbilical del río Tajo. La comunicación aumentó con la instalación de la autovía y ahora el AVE permitirá vertebrar la provincia. La unión debe traer beneficios para ambas urbes y no debemos darnos la espalda unos a otros. Hay que tener en cuenta que Talavera y Toledo estarán prácticamente a cinco minutos con el futuro AVE.
¿Qué le parece esa visión que algunos tienen de Toledo como “enemiga” de Talavera?
Esa es una visión arcaica. Hay que ver las cosas de otra manera. A la ciudad Talavera la irá siempre bien si le va bien a Toledo y viceversa. Yo creo que en Toledo se tiene una percepción de cariño y hermandad hacia la Ciudad de la Cerámica.
Eso sí, no hay que olvidar que Talavera está padeciendo problemas serios. Tiene mucho paro juvenil, por ejemplo. Pero también padece situaciones parecidas a las de la capital regional como pueden ser la situación del río Tajo o la carencia de ciertas infraestructuras. Toledanos y talaveranos debemos de hacer fuerza juntos ante las administraciones para acabar con esta problemática.