Una patrulla de agentes medioambientales de Castilla-La Mancha hallaron muerta una boa constrictor en una carretera del término municipal de Turleque, en la provincia de Toledo.
Los agentes, que iban a constatar una denuncia por caza furtiva, se detuvieron al ver a una serpiente de grandes dimensiones. Concretamente la hallada superaba los 180 centímetros de largo.
Ahora se investiga si la boa se escapó o si su dueño la soltó premeditadamente, circunstancia esta última sancionable puesto que este ofidio puede llegar a matar mamíferos de considerable tamaño estrangulándoles y causar estragos en el ecosistema donde habite.
Y es que la tenencia de serpientes de gran tamaño como mascotas se está convirtiendo en una práctica habitual que puede traer consecuencias para el entorno y, desde luego, para la calidad de vida del animal.