Susana Guerrero, conocida popularmente como ‘la madre coraje’, vuelve mañana a los Juzgados de Talavera a enfrentarse a su penúltima causa, un delito de desobediencia grave por impedir al progenitor de su hija Naiara poder cumplir con el régimen de visitas estipulado.
La Fiscalía solicita año y medio de prisión por supuesto “secuestro” y la pérdida de la patria potestad de la niña.
Por abusos a su hija
Susana Guerrero impidió en 2011 que el padre de Naiara la viera cuando detectó que la niña podría estar sufriendo abusos. Algo que no estaba dispuesta a consentir ya que como ella misma siempre ha declarado “este señor empezó a maltratarme y abusar de mí desde que tenía trece años; me destrozó la infancia y la vida y no le voy a permitir que lo haga también con mi hija”.
Hechos del pasado por los que F.M. fue condenado y unos abusos ahora a la niña que quedaron demostrados en la sentencia del pasado mes de abril, tras numerosos juicios.
Así las cosas, Susana entiende que su actuación de no permitir a “un depredador sexual” ver a su hija es la correcta al defender su integridad física y moral –“lo que haría cualquier madre”- y cree que esa reciente sentencia es suficientemente elocuente y le eximará de delito.
La confianza de ‘la madre coraje’ en la justicia, “pese a que es la Fiscalía quien me sienta en el banquillo”- vuelve a ser máxima porque además Susana tiene el respaldo de sendos fallos en la Audiencia Provincial y en el Tribunal Supremo a su favor y en contra del primer dictamen del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia número 5 de Talavera.
Por último, Guerrero apunta que en este caso que este jueves se juzga a partir de las 10:30 horas en el Palacio de Justicia de Talavera, “lo más importante, por encima de juicios, es que la niña no quiere saber nada de su padre”.