Como cada año, también éste, durante los días de Carnaval el pueblo de Torrico ha vuelto a revivir la tradición de su entrañable ‘Escuadra de ánimas’. Se trata de una formación tipo Soldadesca, compuesta por su Capitana, Oficiales, Tamborilero, Abanderado, Sargentos y Sargentas. Todos, mayores y niños, ataviados con el bello traje tradicional torriqueño.
En verdad es un espectáculo de gran colorido y vistosidad, que tiene su celebración central el Domingo de Carnaval. Ese día, por la mañana, todo el grupo (unas cincuenta personas) en formación de Escuadra entran en la iglesia para asistir a la Santa Misa. A los pies de la iglesia, bajo la tribuna. Está situado el Cuadro de Ánimas sobre unas andas, custodiado por la Capitana y varios alabarderos.
Todos los demás se sitúan en el pasillo central de la iglesia formando dos filas, una a cada lado. En el momento del Ofertorio el Cuadro de Ánimas será llevado en cortejo procesional hasta el altar mayor, en cuyo lateral será colocado, siempre escoltado por la capitana y los cuatro alabarderos. La Misa termina dando el señor cura a besar la estola a todos los presentes, que van depositando en un cestillo sus limosnas para las misas por las ánimas benditas.
Acto seguido, tiene lugar en la plaza el alarde de la Escuadra de Ánimas, llamado “Corrida de Sargentos” que, al modo de las prácticas soldadescas tiene como finalidad obtener dinero para pagar misas por las ánimas benditas durante todo el año. Resulta, en verdad, atractivo y entretenido el juego de carreras, desfiles y exhibición de la bandera por el Abanderado.
El alarde se cierra con la presentación y venta del “Rico”, es decir, los dulces de sartén (rosquillas, floretas y suspiros), que son portados en barreños sobre las cabezas de los fornidos Sargentos y presentados en la plaza para su venta. No hay torriqueño que se precie que no se lleve a su casa, al menos, una bolsa de cada género.
Y todo el mundo queda ya a la espera del obsequio final para todos los presentes. En este caso es una atención del ayuntamiento. Consiste en un suculento Cocido Torriqueño, que es repartido en la plaza y hace las delicias de grandes y pequeños.