“Llama la atención que lloviendo como ha estado lloviendo estos días se haya incendiado”. “Las primeras indicaciones dan a entender que pudo ser provocado, pero vamos a esperar y dejar trabajar a la Guardia Civil y la policía”. “Ahora es momento de minimizar el impacto ambiental”.
Con estas palabras se expresaba hace unos minutos el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ante los medios de comunicación desplazados al cementerio de neumáticos de Seseña, que sigue ardiendo desde primera hora de esta madrugada.
El presidente ha desvelado que se están haciendo cortafuegos con maquinaria pesada para intentar que no arda todo y reducir el impacto de contaminación ambiental. Por el momento el aire empuja la densa humareda negra hacia Aranjuez.
Page se ha congratulado que no haya habido por el momento “consecuencias sanitarias”, indicando que sólo una familia ha sido evacuada preventivamente por ser alérgica.
El cementerio iba a ser desmantelado
En otro orden de cosas, al presidente se le ha preguntado sobre el conflicto enquistado de este cementerio que en breve iba a ser desmantelado. Page reconoció que “hay un problema de fondo. Lo fácil sería echarle la culpa a las administraciones anteriores por no resolver el problema, pero no voy a hablar de herencia”.
El presidente reconoció que “tras muchas reuniones (desde que llegó al poder en la región) estaba perfectamente perfilado y planteado” el desmantelamiento por una empresa privada. Una actuación que compete a Madrid y Castilla-La Mancha, al estar asentado el vertedero entre ambas, y por esta circunstancia también al Gobierno Central.
Los restos que generase la trituración de los neumáticos iban a ser destinados para la construcción de carreteras.