Ni uno, ni dos, fueron tres, casi al mismo tiempo, en lugares no muy alejados y después de otro fuego originado el día anterior junto al arroyo Manzanas. Aunque apelan a la prudencia, entre los responsables municipales cada vez cobra más fuerza la sospecha de que los incendios que en la tarde del miércoles amenazaron el polvorín del Cerro Negro, el área recreativa de Los Pinos y el entorno del aula de naturaleza del río Tajo en Talavera obedecen a la mano del hombre y fueron intencionados.
Así lo expresó el alcalde, Jaime Ramos, cuando sobre el terreno era testigo directo de las labores de extinción, y este jueves lo ha hecho la portavoz del equipo de Gobierno, María Rodríguez.
Tanto uno como otra han coincidido a la hora de alabar la actuación de todos los efectivos que colaboraron para atajar los incendios y también al llamar la atención sobre la coincidencia de los tres focos y la virulencia con la que se propagaban las llamas. “Es una sensación de estar allí y verlo y serán las investigaciones que siguen su curso las que nos informarán”, expresa una María Rodríguez que también reconocía que las condiciones climatológicas de los últimos días en Talavera y en especial de la tarde del miércoles eran las más propicias para que se declaren incendios y la propagación del fuego.
Más vigilancia y colaboración ciudadana
A pesar de la dificultad de la empresa y reconocer la imposibilidad de “vigilar cada matorral”, Jaime Ramos ha requerido a la Delegación del Gobierno que incremente la vigilancia en la zona en un intento de prevenir la repetición de sucesos de este tipo e interceptar a los posibles responsables. Además, el regidor también ha pedido la colaboración ciudadana en esta doble tarea.
