La Semana Santa de Gálvez concluirá el recogimiento y devoción de estos días de cuaresma con la tradicional fiesta de los arcos que los quintos y quintas, desde hace un siglo o más, según cuentan nonagenarios de la localidad, elevan con sus propias manos en el centro del municipio toledano.
La tradición de los quintos continúa así en Gálvez aún desaparecido el servicio militar, pues son estos jóvenes que cumplen sus 18 años los que se han ocupado, año tras año, de perpetuar antiguas tradiciones, como la de los arcos en Semana Santa.
Los arcos, una estructura elevada con doce postes que conforman en su interior un habitáculo de cerca de cincuenta metros cuadrados, es forrada con romero y otras hiervas aromáticas de Los Montes de Toledo, hasta recrear en su interior un bello espacio a la altura de El encuentro del Domingo de Resurrección, donde la Virgen de los Dolores, patrona de Gálvez, se encontrará con su hijo Jesús resucitado.
Unos arcos que se construyen durante el sábado y se engalanan durante la madrugada del domingo por los quintos y sus familiares con los mejores mantones y bordados.