La apertura de las ferias y fiestas en Villafranca de los Caballeros, en honor al Santísimo Cristo de Santa Ana, ofrecía en su edición 2018 un río de emociones, cuyo momento más álgido se vivía durante el pregón que ofrecía, en la Plaza de España, María José Díaz de Burgos Mariblanca, natural de la villa, abogada, madre de dos hijos y residente en Albacete.
Ya en su presentación, a cargo del alcalde, Julián Bolaños, brotaron las primeras emociones, cuando el regidor manchego recordaba sus lazos familiares con la pregonera, no pudiendo evitar la voz quebrada que emana del recuerdo de un ser querido recientemente desaparecido, su prima Angelita, madre de la pregonera.
Y así los sentimientos continuaron a flor de piel cuando María José Díaz de Burgos tomaba la palabra, primero rindiendo homenaje a su madre, “la madre que me parió” y a su abuela, “la madre que me crió”, decía, añadiendo: “Hablar de mis raíces es imposible sin hacerlo de las dos a las que imagino escuchándome desde el cielo con la misma emoción que yo os hablo”.
La pregonera iniciaba su discurso asegurando: “He ido restando días al calendario y aún no me creo que ya esté aquí frente a mi iglesia, frente a mi gente. Esto es un privilegio demasiado grande para alguien tan pequeño como yo”.
Y apuntaba: “Me siento tremendamente orgullosa de ser chelera. Nunca me he sentido lejos por muchos kilómetros que me separaran de aquí. Mis primeras risas fueran dadas aquí, mis primeros llantos e ilusiones nacieron aquí, mis sueños despertaron aquí, por ello, y aunque mis hijos no nacieron aquí, no se sienten extraños en esta tierra y les he enseñado a amarla tanto como yo”.
Así, en este homenaje también al pueblo que la vio nacer, reivindico valores como la valentía, el coraje, la fuerza, la generosidad desinteresada y la nobleza de sus gentes, valores que la guían en su manera de vivir, subrayó Diaz de Burgos.
Y en este sentido, añadía: “Muchos de vosotros habéis dejado huella en mí y os llevo, vaya donde vaya en cada paso, de igual forma que el Cristo ocupa nuestros corazones y protege desde hace siglos nuestra villa, tierra y habitantes. Cuando llega este día, la devoción desborda calles y plazas dando forma a unas fiestas que revivimos con sus costumbres y tradiciones” .
Coronación de reinas y míster, ofrenda floral, procesión y chupinazo
Las lágrimas y voces entrecortadas también fueron protagonistas durante la coronación de las reinas y míster 2018, previa al pregón, cuando el “maestro de ceremonias” de este año, Alberto Gómez Chacón, preguntaba a Ainhoa Gómez Castellanos, Alba García Hidalgo Romo, Lucía Tello Cervantes y Pablo Torrijos Cervantes a quien dedicaban su reinado, tras la imposición de coronas y bandas por parte de las reinas salientes: Aurora González Avilés, María Isabel Carrero Rodríguez, Nazaret Fernández Rodríguez y Tiffany Altares Martín-Blas.
En este acto también recibían su correspondiente ramo de flores las reinas y míster de las peñas y asociaciones locales, Todo ellos, junto a las autoridades formaban parte de la comitiva de la ofrenda floral que partía, momentos antes, de la plaza de la Glorieta para llegar a la plaza de España y que amenizaba la Asociación Cultural Musical “Santa Cecilia”.
Previa a la ofrenda se celebra el traslado del Santísimo Cristo de Santa Ana de su ermita a la iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción, viviendo también dos momentos importantes, la salida del Cristo de la ermita y la entrada a la iglesia.
A lo largo de todo el recorrido de la procesión se concentraba un gran número de vecinos y visitantes que, año a año, acuden con fervor y devoción a esta cita.
La jornada festiva comenzaba por la mañana con el tradicional chupinazo desde el balcón del Ayuntamiento, en el participan igualmente todas las peñas y asociaciones locales.
En esta edición el mensaje ha sido unánime, apelando a la “unidad y el respeto” durante estos días festivos en honor al Cristo.