Para esta nueva temporada Castilla-La Mancha cuenta con un total de 35 zonas oficiales de baño de interior, correspondientes a 21 municipios e integradas en las demarcaciones hidrográficas del Júcar, Tajo, Guadiana y Guadalquivir.
Como alternativa a otros destinos, la Comunidad Autónoma ofrece así espacios habilitados y controlados donde se puede disfrutar de la naturaleza y parajes tranquilos de gran belleza, con una extensa red de playas y zonas de baño continentales.
La provincia de Toledo cuenta con cuatro zonas de baño, tres en las Lagunas de Villafranca de los Caballeros y una en el embalse de Cazalegas.
Para proteger la salud de los usuarios de las zonas de baño, la Consejería de Sanidad, a través de la Dirección General de Salud Pública, lleva a cabo un Programa Regional de Vigilancia Sanitaria de las Aguas de Uso Recreativo, desarrollado por las Secciones responsables de Salud Ambiental y los Distritos de Salud.
Recomendaciones
Coincidiendo con el inicio de la temporada, la Consejería de Sanidad recomienda a la ciudadanía respetar la señalización existente, así como cuantas indicaciones de advertencia, avisos y peligros que se encuentren instaladas en estos parajes.
Se aconseja tener en cuenta la profundidad de las zonas de baño, que puede variar de un día a otro, por lo que conviene comprobar la distancia al fondo y que no haya elementos sumergidos tales como piedras, árboles, ramas u otros objetos.
Además, es importante no olvidar que las características y dinámica fluvial de estos espacios naturales pueden provocar que el fondo a veces sea inestable o que se creen surcos o pozas de profundidad y comportamiento desconocido.
Ante crecidas del caudal de un río o si la velocidad de la corriente aumenta es preferible evitar el baño.
La Consejería recuerda que los ayuntamientos son los encargados de mantener las condiciones de limpieza y salubridad de las playas de las zonas de baño, colocar carteles informativos con las características, infraestructuras y medidas de seguridad, así como vigilar los posibles puntos de vertido cercano para evitar riesgos y adoptar las medidas de gestión que le requieran las administraciones de salud ambiental.