El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, ha presidido la sesión inaugural del nuevo curso académico 2021-2022 en los seminarios mayor y menor de Toledo, donde estudian un total de 112 alumnos, prácticamente los mismos que han finalizado el curso pasado, en el que hubo 116.
En concreto, 60 seminaristas estudian en el Instituto Superior de Teología San Ildefonso, de los que 15 son de nuevo ingreso, y 52 alumnos estudian de quinto de Primaria a segundo de Bachillerato en el seminario menor Santo Tomás de Villanueva, ha informado este lunes la Archidiócesis de Toledo.
Cerro ha presidido la misa del Espíritu Santo, en la capilla del seminario mayor, y la posterior sesión inaugural del nuevo curso en los Institutos Superiores de Teología San Ildefonso y de Ciencias Religiosas Santa María de Toledo en la que el secretario general del instituto superior, Valentín Aparicio, ha hecho un balance, pormenorizado, de todas las actividades llevadas a cabo durante el pasado curso.
Aquí, ha destacado los 116 alumnos que cursaron estudios, 82 de ellos del sexenio y los 34 restantes de segundo grado de licenciatura o máster, y de ellos 78 nacionales y 38 del exterior, con mayoría de Colombia y México, ha desgranado Aparicio.
Una vez finalizado el balance del pasado ejercicio, ha sido el profesor de Teología del Instituto Superior José María Alsina quien ha pronunciado el discurso de apertura del nuevo curso, ‘La teología desde el corazón de Cristo en Santa Teresita del Niño Jesús’.
Cierre del acto
Para cerrar el acto han intervenido a continuación el rector de la Universidad San Dámaso, Francisco María Fernández, institución de la que dependen los institutos superiores de Teología y Ciencias Religiosas, y monseñor Cerro.
Precisamente, el arzobispo ha escrito una carta pastoral, dirigida a todos los sacerdotes y seminaristas, a los miembros de la vida consagrada, a las familias, a los jóvenes y a los fieles laicos, centrada en las vocaciones al sacerdocio.
En la carta, Francisco Cerro asegura que “necesitamos revitalizar el clima vocacional que siempre ha caracterizado a nuestra Archidiócesis de Toledo en sus parroquias, en sus familias, en sus movimientos, en la vida consagrada” e invita a “escuchar” los signos de los tiempos que “nos toca vivir, mirar con fe” y actuar “con todos los medios que hay al alcance para suscitar y cuidar la vocación sacerdotal”.
“Nos jugamos el presente y el futuro de nuestra archidiócesis. Hay muchos y nuevos desafíos que requieren respuestas nuevas y apasionantes. Por eso hace falta llenar el Seminario de Toledo con nuevas vocaciones. Sí, llenar el seminario, para que en todos los pueblos y rincones no falte a nadie la gracia y el consuelo de nuestro Señor Jesucristo”, ha precisado.