La ciudad de Toledo vuelve a mandar en el ciclo de la Feria de San Isidro 2022. Y es que tras las comparecencias de Álvaro Lorenzo con una oreja cada tarde, los naturales de Ángel Téllez donde la espada se llevó la oreja y la puerta grande de Tomás Rufo -primera puerta grande de la feria- ha llegado otra puerta grande a Madrid de manos de un toledano.
El torrijeño Álvaro Alarcón ha soñado una tarde redonda en Las Ventas donde ha cortado un total de tres orejas ante una gran novillada de Fuente Ymbro.
Posiblemente estamos hablando de la mejor tarde de la feria -de lo que va hasta el momento- y ha llegado en forma de novillada. Si, una novillada para el recuerdo. De esas tardes que más de uno no van a olvidar nunca.
De esas tardes donde el mayoral y el ganadero dan la vuelta al ruedo. De esas tardes que hacen afición. De esas tardes que te ponen a funcionar. De esas tardes que si lo aprovechas, triunfas.
Y Álvaro Alarcón no quiso ser menos y quería poner parte de historia a la plaza de toros de Las Ventas. Y es que han tenido que pasar 15 años para que un novillero vuelva a abrir el ‘portón’ de la puerta grande durante San Isidro.
Alarcón gozó de un lote de ensueño de Fuente Ymbro pero había que saber estar y había que aprovecharlo. Había que coger ese tren… Hay tantos toros que se pierden por el camino. O tantos toros que caen en manos equivocadas… Pero ayer, eran las idóneas. Salió el sexto de la tarde de nombre ‘Embriagado’ y Álvaro se rompió con él.
Un novillo con fuente de bravura y que quería todo por abajo, y por allí fue. Templado y rompiéndose las muñecas en sus finales con la muleta por el pitón derecho del animal. Ese fue el pitón por donde mejor lo cuajó el toledano.
Alarcón sabía que tenía media puerta grande hasta el momento -había cortado una oreja al tercero de la tarde- pero todavía no había llegado la traca final. Fueron en las dos últimas tandas con la muleta. Y que dos tandas. De esas que ponen a rugir a todo Madrid. Con temple de principio a fin, con gusto y con sabor.
Rompiéndose en cada muletazo por bajo y dejándose llevar. Se tiró a matar sabiendo lo que podía venir después. Lo tenía en sus manos, aunque mejor dicho; en su acero. Otra estocada de libro. La plaza era un hervidero de pañuelos blancos.
Alarcón lo había logrado. Toledo, volvía a conquistar la capital de España. Los dos pañuelos blancos asomaban por la presidencia, acompañado del azul. ‘Embriagado’ merecía su vuelta al ruedo.
Anteriormente había cortado lo que podía haber sido la mitad de la puerta grande. Lo que viene siendo una oreja a su primero. Con un sentido impropio de un novillero tan poco rodado y que se presentaba en Madrid.
Pero los nervios nunca le pudieron. Todo lo contrario. Faena basada en muletazos ajustados y de buen trazo y semigenuflexo en los últimos muletazos. Hábil con los aceros, para cortar la primera oreja.
Gran dimensión la que ofreció Jorge Martínez en la tarde de ayer. Sorteó el lote más deslucido de la corrida pero eso no le privó de dejar su sello personal. Y es que este chico, tiene aroma a torero grande.
Aunque Madrid y su presidencia no fueron justos con él en su tarde del lunes. Le birlaron una oreja impropia de tener afición a este mundo. Ocurrió en su faena al quinto de la tarde -donde se la jugó de verdad, como ya hizo en el tercero-.
Un novillo que no quería ni uno por el pitón izquierdo y que pasaba por decir algo. Martínez siempre estuvo con firmeza, colación y entrega. La faena fue de menos a más y cogió altos vuelos en el derecho del animal.
Prácticamente debajo de los terrenos del tendido 7. Allí le recetó una tanda para el recuerdo. Una tanda de mérito y de valor. Jugándose el pellejo en cada instante. Metió hábilmente la mano y para sorpresa de todo el presente, el pañuelo blanco nunca llegó a asomar por la presidencia.
Teniéndose que conformar con una calurosa vuelta al ruedo, que perfectamente pudieron ser dos, como la cuadrilla incitó al novillero -a dar la segunda- que decidió guardarse tras dar la primera vuelta al ruedo.
El salmantino Manuel Diosleguarde cortó una oreja al primer novillo que abría plaza. Diosleguarde mostró su versión de novillero más que rodado y que la alternativa está cada vez más cerca. Su faena tuvo mucho gusto, sabor y detalles toreros.
Demostró inteligencia y le cogió los vuelos a la perfección basando su faena a media altura. En el cuarto faltó un poquito de entrega y sobre todo de emoción. Quién sabe si la faena hubiese acompañado y la espada también -como en su primero- Diosleguarde hubiese acompañado a Alarcón por la puerta grande.
Ficha del festejo
Plaza de Toros de Las Ventas. 14.600 espectadores. Se lidiaron novillos de la ganadería de Fuente Ymbro (el sexto fue premiado con la vuelta al ruedo).
Manuel Diosleguarde: oreja tras aviso y palmas tras aviso.
Jorge Martínez: ovación y vuelta tras aviso.
Álvaro Alarcón: oreja y dos orejas.