La Guardia Civil ha detenido en Segovia a siete personas e investigado a otras tres por formar parte de una organización criminal que estaba explotando 1.267 plantas de cannabis, con las que podrían haber distribuido 45 kilos de marihuana que cultivaban en varias localidades, una de ellas la toledana de Camarenilla.
Según ha informado la Subdelegación del Gobierno en Segovia este lunes, el pasado 10 de agosto los agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Segovia, culminó la denominada Operación Shenlong.
En la operación se han llevado a cabo siete detenciones por los supuestos delitos de cultivo, elaboración y tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, tenencia ilícita de armas y defraudación de fluido eléctrico.
En el marco de esta operación, los agentes descubrieron una plantación de cannabis en una finca de una urbanización de la localidad segoviana de El Espinar.
También se localizó el domicilio donde esta banda almacenaba el producto final antes de su transporte y distribución, en este caso en el municipio madrileño de Parla, y otra vivienda donde también se cultivaba y elaboraba la sustancia, en Camarenilla.
En total, se han intervenido 1.267 plantas de marihuana en diferentes estados de floración, algo más de 13 kilos de cannabis empaquetados y listos para su distribución, un vehículo y varios teléfonos móviles.
Arma de fuego
Los agentes también incautaron un arma de fuego municionada de fabricación checoslovaca, adquirida presuntamente en el mercado negro, un hallazgo que, según señala la Subdelegación del Gobierno, otorga a la organización criminal “un alto grado de peligrosidad”.
Las 1.267 plantas de cannabis incautadas se encontraban en diferentes fases de crecimiento para mantener la continuidad de la producción y, según lo investigado, de haberse culminado su cultivo, habrían supuesto unos 45 kilos de marihuana, que habría sido distribuida por todo el país.
En esta organización criminal, dos jefes dirigían y supervisaban todas las actividades, varios se encargaban el transporte y distribución de la droga, otros trabajaban el cultivo y otros el acondicionamiento y mantenimiento de las instalaciones.
Las sustancias intervenidas fueron enviadas al Área de Sanidad de la Subdelegación de Gobierno de Segovia para su análisis y, posteriormente, ser destruidas con la correspondiente autorización judicial.
